Biografía de Elvira Correa de Marini por María Díaz de Guerra

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Biografía redactada en 2007 para la publicación-anuario del Colegio de Hermanas Capuchinas.


El nombre de Doña Elvira Correa de Marini, dama de la sociedad fernandina de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, era conocido por los fernandinos hasta la década del 60. Era un nombre integrado a la sociedad como perteneciente a ella y cualquier vecino de Maldonado lo relacionaba directamente con el Colegio de Hermanas Capuchinas, aludiendo a la gran placa que lucía en la puerta de lo que por muchos años se llamó "Escuela de hermanas", en la calle Sarandí esquina Dr. Edye. Este colegio o escuela en su nivel de primaria se llama ELVIRA CORREA DE MARINI, nombre que le viene de la época de su fundación, habiendo sido Doña Elvira la que realizó los trámites para traer un grupo de Hermanas Capuchinas a esta ciudad, además de donar el terreno - en el centro mismo de la ciudad - para levantar en él un edificio adecuado y perdurable.

Esto había tenido lugar por los años veinte; hay una hermosa fotografía de la inauguración, que tuvo lugar en el año 1927. A partir de ahí, varios periódicos de Maldonado publicaron avisos como el siguiente, uno de tantos, aparecido en "El Debate" del 27 de Julio de 1928: "Escuela Elvira Correa de Marini para pupilas, medio pupilas y externas dirigida por Maestras Normalistas H. H. Capuchinas. Pupilaje mensual $ 18."


La casa de la calle Dodera


Por esa fecha, Doña Elvira Correa ya era una eminencia en Maldonado. En Mayo de 1899 había comprado la casa y el terreno que ocupaba una manzana entera entre las calles: Punta del Este, Isla de Gorriti, Pan de Azúcar y Treinta y Tres. Esto corresponde, para hablar en términos actuales, a: José Dodera (ex Punta del Este), Zelmar Michellini (ex Isla de Gorriti), Arturo Santana (ex Pan de Azúcar) y Treinta y Tres. Es la Manzana Nº 35, padrón Nº 209, con una superficie de 8.687 m2.

Se trataba de una propiedad ya antigua cuando se realiza esta compra en el año 1899, pues sabemos que esta manzana había pertenecido a una familia de primeros pobladores de Maldonado, como lo decíamos en el Diccionario Biográfico de la ciudad de Maldonado (págs 439-440) en ficha correspondiente a Francisco Núñez y María de Acosta, ambos naturales de la provincia de Río Grande. Era portuguesa esta gente cuyos hijos nacieron en Maldonado desde 1765, por lo que, como es natural, estuvieron vinculados a los vecinos prominentes de la época, tales como el médico Santiago Carsín, el "practicante de medicina" Thomas Navarro, el boticario Francisco Osorio, José Galup y tantos otros cuyos nombres fueron tratados en dicho Diccionario, editado en 1974.

La casa que poseía ese matrimonio integrado por Francisco Núñez y María de Acosta en los años iniciales de Maldonado era "hecha de tapia y cubierta de paja con una cocina de piedra y horno", según dice la testamentería correspondiente. El título arranca de una compra hecha por Manuel de Herrera a los herederos de María de Acosta, viuda de Francisco Núñez.

De manera que, unos cien años después de estos acontecimientos, tenemos la partida de defunción de la señora - vecina de Maldonado - Florinda Rivero, que muere en Maldonado en 1897, precisamente en esa casa, a los 66 años, certificada por el Dr. Román Bergalli. Deja dos hijos: Pedro G. Rivero, nacido en 1853 y Primitiva S. Rivero de Roux, nacida en el año 1858, ambos en Maldonado. Son ellos los que heredan la propiedad. Casa ésta que va a ser cmoprada muy poco tiempo después, en 1899, por la señora Elvira Correa de Marini. Será aquí donde hará construir su mansión.

No sabemos si partió de cero destruyendo la casa que existía o más probablemente se dedicó a ampliar y embellecer la propiedad, ya que pensamos que la casa que sirvió de habitación a doña Florinda Rivero era espaciosa y bien construida, que no tenía nada que ver con aquel rancho inicial de tapia y paja, aunque bien pudo haber conservado la cocina de piedra y tal vez el horno. Esto último lo digo en tren de conjeturas, pensando que cuando compra Elvira Correa en el último año del siglo XIX a los hijos de Florinda Rivero, está comprando una casa seguramente construida por 1860. No era entonces "antigua" ya que apenas tenía alrededor de cuarenta años, por lo que no tenía necesidad de destruirla. Se habrá valido del trabajo de buenos albañiles - como los había entonces en Maldonado por 1890 que fue cuando se terminó el edificio de la iglesia y cuando se construyó el edificio de la escuela dentro del predio del Cuartel de Dragones - para ampliarla y embellecerla de acuerdo a sus gustos.


Datos biográficos


Elvira Correa era hija de Quintín Correa y Carlota Barbat, nacida en Rocha en el año 1853. Sabido es que en el año 1806 un naufragio en la costa de La Coronilla dejó en nuestro territorio a un médico que venía al Río de la Plata con destino a Buenos Aires. Este importante personaje era Juan Bautista Barbat que se afincó en Rocha y poco tiempo después, en 1809, contrajo matrimonio con Ana Sánchez, natural de San Carlos. Juan Bautista Barbat era natural de Touluse (Francia). Este matrimonio tuvo varios hijos, entre los cuales está Carlota Barbat.

En cuanto al padre de Elvira Correa, es sabido que Carlos Seijo en su hermoso libro "Carolinos ilustres, patriotas y beneméritos" desarrolla una interesante información sobre este señor, reproduciendo varias cartas enviadas al diario de Montevideo "El Comercio del Plata" en su calidad de Jefe Político del Departamento - que entonces comprendía también a Rocha - de 1852 a 1854. Carlos Seijo, que perteneció a esta familia pues era hijo de José Ramón Seijo y de Carlota Correa Barbat, se refiere también al retrato al óleo del pintor Verazzi, hecho en 1864, de Quintín Correa y su esposa Carlota Barbat, cuadro que se hallaba en poder de su hija Elvira Correa de Marini.

(...)

En cuanto a la personalidad de Elvira Correa de Marini debo todo mi conocimiento - por lo cual estoy profundamente agradecida - a la información que me proporcionó el arquitecto Guillermo Rodríguez Reborati en su condición de familiar que guarda en el fondo de su corazón hermosos recuerdos hacia aquella lejana mujer parecida a un ángel. Supe entonces que Elvira Correa tuvo una hija adoptiva de nombre María Batista, nacida en Uruguay, que se casó en Génova con el italiano Giacomo Reborati en el año 1889. Este matrimonio volvió definitivamente al Uruguay en el año 1902. Dentro del ámbito familiar la señora María Batista era conocida como la "Nonna" y la madre adoptiva, o sea Elvira Correa de Marini, como la "Nonnita". Fueron pues personajes muy queridos para los descendientes Reborati. El matrimonio mencionado tuvo dos hijos: Elvira Reborati (1891-1959) que se casó con el pintor Guillermo Rodríguez (1889-1959) y Alberto Reborati, casado con María Angélica Brito Mac Eachen.

En el verano de 1905 el italiano Giacomo Reborati con su familia y en compañía de la "Nonnita" vienen a pasar la temporada a la residencia de esta última en la calle Dodera. Realizan el viaje desde la Estación La Sierra hasta Maldonado en la diligencia "La Comercial del Este"




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