Once meses en el Este
Extracto - compilación del relato escrito entre 1931 y 32 por H. Martínez Montero: "Once meses en el Este" (2da edición, 1933)
Concebí el propósito de escribir unas páginas que dijeran de lo visto, investigado o recogido en nuestra permanencia en una zona tan rica en intereses de todo orden.
Es necesario educar ampliamente al pueblo. Para defender lo que aún subsiste, es menester que sepa cuánto vale denunciando parte de las inmensas posibilidades que encierran las aguas territoriales, para el mejoramiento social y económico de la República.
El marino conoce y puede revelar a la admiración de sus conciudadanos y extraños, los bienes y dones de la patria, contribuyendo a que se la quiera, al fomento del turismo, a las investigaciones históricas, arqueológicas, etc.; una descripción paisajista, una noticia arqueológica, una cita de interés hidrobiológico, nacida de una impresión objetiva; promesa de cuantiosos bienes ofrecida a la patria, comprensión y convencimiento de cuanto representa el mar como factor decisivo en la vida evolutiva del país.
El interés despertado por vivir más de cerca, por contemplar vivos los ambientes imperfectamente esbozados, me han dicho que el pueblo uruguayo no es indiferente a las solicitaciones del mar y los problemas que plantea. Sólo hay necesidad de presentarlos, de darlos a conocer, a un pueblo que no podía ser sordo a las voces que se levantan de la extensión salada, con expresión de verdades y bellezas.
Tantos y tan grandes beneficios ha de reportar al país, la explotación de muchas industrias, beneficios incalculables; estudios de importancia y extensión considerables. Ciencias e industrias del mar son tan grandes en importancia, como en su concepto físico la superficie de sus aguas y extensión de sus abismos insondables! Es necesario no olvidar que la Oceanografía se relaciona con la Botánica, Química y Biología; con la Mecánica, la Electrotecnia y aún con el Gobierno de una Nación.
Un desarrollo magnífico de fuerzas constructivas, dando ocupación a cientos de obreros y poniendo en circulación valores milenarios. Se ha prescindido de industrias de ingentes rendimientos que hoy otorgarían al país otro muy distinto poder económico y otra capacidad defensiva frente a la bancarrota mundial. Se le ha restado al pueblo posibilidades de enriquecimiento y trabajo, limitando la explotación del mar a su expresión más simplista.
Maldonado, su porvenir está en el mar. El Estado tiene la obligación de llevar el mar a su perímetro para bañarle íntegra en las inagotables fuentes de sus riquezas. Incitarlos a levantarle hasta su cumbre. Su cumbre alta... hasta el fondo del mar.
Donde seres que, como otros muchísimos más, constituyen un misterio o un asombro en sus condiciones vitales, arrastrando la inteligencia a vértigos; a simas de cuyos fondos insondables llega el confuso resplandor de verdades eternas y las causas primeras. Allí alienta el principio eterno e incognoscible de todo lo creado. Estudiándolos, auscultando las manifestaciones -a menudo extraordinarias- de su naturaleza, se siente la angustia de nuestra ignorancia consciente y de la limitación de nuestros medios...
Se puede afirmar que, hasta el presente, la riqueza de las aguas nacionales es virgen de toda explotación. En el fondo de las aguas las manifestaciones más bellas de las Ciencias Naturales; a cada paso, una huella del pasado, de un pasado remoto que del sueño subyugante de la Atlántida llega, a través de la historia de edades y razas, al génesis viril de nuestra nacionalidad.
Volver al archivo de Homero Martínez Montero
Volver al archivo del Prof. Bertocchi Morán

