Las calles de Maldonado
se van quedando angostitas,
pero qué lindas que lucen
al caer las tardecidtas.
Se transforman en jardines, al salir
las fernandinas; con ese porte
elegante y sus caritas divinas.
El padrecito Domingo un día
me dio a entender que ese milagro
lo trajo la Virgen del Santander.
Raúl Montañés afirma que son las brisas marinas .
y yo sigo repitiendo
qué lindas las fernandinas.
Autor: Walter Usher
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El Padre Domingo tiene
hábito y capa marrón;
le van holgados al cuerpo
y estrechos al corazón.
Va desafiando con ellos
rigores de frío y de sol,
en ese vaso de arcilla
cocida en Tacuarembó.
(A los locos y poetas
nos da por exagerar,
pero quienes lo conocen
saben que digo verdad).
- "Domingo" - dicen los pobres -
"ven que morimos de frío";
- y les crece un nuevo barrio
del fondo del rancherío.
- "Domingo", dicen las viudas -
"mis hijos con hambre están";
- y él busca por cielo y tierra
amor, familia y hogares.
- "Domingo" - gime el enfermo
y el doliente pecador -;
y él les alcanza la Gracia
de la salud y el perdón.
Siembra escuelitas y capillas;
taller, huerta y oración;
y presta en un solo gesto
asistencia y promoción.
La pobreza de Domingo:
- hábito, capa y bastón -
la dejará como herencia
cuando lo llame el Señor.
Autor: Sir A. Hernández
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