Diferencia entre revisiones de «Seijo, archivo familiar»

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Revisión del 16:57 3 mar 2016

Doctor Leoncio Correa, José Ramón Seijo, Esteban Seijo Correa, Justo Corta, Justino Buela. Detalle curioso: solo están identificados los hombres; en el ángulo superior derecho apenas legible figura - escrito con lápiz: Carlota Seijo.
Jose Ramón Seijo.


Familia de origen español con tradición carolina





Pinceladas sobre la familia Seijo

Extraído de "Personajes con sabor a Maldonado", del Dr. Alfredo Nocetti Fasolino


La radicación de los Seijo en San Carlos fue un poco obra del azar. Allí llegaron en 1869, procedentes de Montevideo y en viaje a Rocha, escapando a una epidemia que azotaba a la capital de la República. Obligados a cumplir una cuarentena, por razones sanitarias, antes de entrar a la ciudad rochense, la familia se estableció en el partido de José Ignacio, en la antigua estancia de Antonio Correa, próxima al paso que lleva su nombre.

Fue en esos días que don José Ramón Seijo, el padre, adquirió la propiedad de un campo, ubicado a la entrada de San Carlos, que se conocería después como Quinta Seijo. El establecimiento había pertenecido entre 1817 y 1841 al comandante Antonio Mancebo, pasando ese año a propiedad de Juan Martínez y en 1848 al coronel Juan Barrios quien lo vendió en 1869 a los Seijo.

Pero don José Ramón, de origen español, que había llegado muy joven al Uruguay, había estado anteriormente en San Carlos, casándose con la carolina Carlota Correa, hija de Quintín Correa, que fuera Jefe Político del Departamento de Maldonado, y con quien tuviera varios hijos: Esteban Hilario, Ernesto, Maximiliano, Carlos, Anselmo, Carlota y Laura Seijo Correa.

Aquella chacra de las afueras de Maldonado era a comienzos del siglo XX una mansión de importancia. Los Seijo fueron también propietarios de toda la margen izquierda del arroyo Maldonado desde frente a El Peñasco hasta La Barra. El Peñasco fue residencia de uno de los hermanos de Carlos, Maximiliano, y a su lado, otro de los hermanos, Ernesto, construyó una casa famosa, Loreley, extensa área arbolada.

En Loreley, en una pequeña caverna, un Cristo pintado por Carlos Seijo fue lugar de excursiones religiosas y turísticas durante varias décadas, y ante la imagen ofició una misa campal, alguna vez, el arzobispo Juan Francisco Aragone. También fueron los Seijo de los primeros en edificar en la península de Punta del Este.


Residencia de José Ramón Seijo en San Carlos.
Segunda residencia edificada por don José Ramón Seijo.
Residencia "Emma" de la familia Seijo.
Residencia del Dr. Seijo en la península.
El Peñasco, residencia de Maximiliano Seijo, del Arq. Villamajó.







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