Nuestra Patrona la Virgen del Carmen
Pocos saben que la historia de la construcción de la Catedral de Maldonado encierra una sucesión de misterios que algunos pueden calificar de coincidencias y otros milagros. Lo cierto es que en 1795, Carlos IV a través de un real decreto, autorizó el envío del dinero para la construcción de una gran iglesia en la villa San Fernando de Maldonado. La resolución del rey de España también establecía el envío de una imagen milagrosa de la Virgen, para que presidiera el altar mayor.
La historia de la construcción de la catedral fernandina encierra ciertos misterios. Cinco años más tarde, en 1800, comenzaron las obras con la colocación de pilares de tres metros de ancho y paredes de dos metros de grosor que sostienen las dos torres, la nave central y la cúpula.
Cuentan que desde una de sus torres a medio terminar, en 1806, los obreros avistaron a la flota inglesa que días más tarde invadiría Buenos Aires, por entonces capital del Virreinato del Río de la Plata. A las pretensiones fallidas de los británicos de apropiarse de las colonias españolas en estas latitudes (1806-1807), le siguió el proceso independentista, por lo que los habitantes de Maldonado y las autoridades religiosas tuvieron que olvidarse del apoyo económico de España para la Catedral.
Ni hablar de la Virgen milagrosa. La declaración de la independencia y la posterior Jura de la Constitución, se prolongaron luego en revoluciones y revueltas que escribieron las primeras páginas de la historia de la flamante República Oriental del Uruguay.
Debieron transcurrir 85 años hasta que el sacerdote fernandino Pedro Podestá, se propusiera terminar la Catedral. Para ello hubo que reconstruir buena parte de lo hecho ocho décadas antes. Los trabajos le insumieron exactamente diez años.
Volver al archivo del Padre Domingo
Volver a Estampas de Maldonado