Diferencia entre revisiones de «Padre Domingo de Tacuarembó»

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Terminada la Primera Guerra Mundial, el 19 de Junio de 1918, el que sería el futuro padre Domingo fue enviado a Génova, Italia, donde ingresó como novicio en la Orden Capuchina. Se inscribió como Domingo de Tacuarembó y fue consagrado sacerdote el 15 de Agosto de 1926 (día de la festividad de la Virgen de la Asunción) y destinado a la provincia de Santa Fe, Argentina.
 
Terminada la Primera Guerra Mundial, el 19 de Junio de 1918, el que sería el futuro padre Domingo fue enviado a Génova, Italia, donde ingresó como novicio en la Orden Capuchina. Se inscribió como Domingo de Tacuarembó y fue consagrado sacerdote el 15 de Agosto de 1926 (día de la festividad de la Virgen de la Asunción) y destinado a la provincia de Santa Fe, Argentina.
  
En 1928, regresó al Uruguay como teniente cura, a la iglesia de su barrio de Nuevo París en Montevideo. Su salud se deterioró cuando trabajaba como director de los estudios de Filosofía y Teología, en el convento de San Antonio, en 1932, por contagiarse de tuberculosis con sus visitas diarias a los enfermos del hospital Fermín Ferreira. Al mejorar, en Noviembre de 1940, fue nombrado superior y párroco de Maldonado. Fue investido y tomó posesión de la parroquia el 10 de Enero de 1941.  
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En 1928, regresó al Uruguay como teniente cura, a la iglesia de su barrio Nuevo París en Montevideo. Su salud se deterioró cuando trabajaba como director de los estudios de Filosofía y Teología, en el convento de San Antonio, en 1932, por contagiarse de tuberculosis con sus visitas diarias a los enfermos del hospital Fermín Ferreira. Al mejorar, en Noviembre de 1940, fue nombrado superior y párroco de Maldonado. Fue investido y tomó posesión de la parroquia el 10 de Enero de 1941.  
  
 
En el barrio Bella Vista, de Maldonado - llevaba el mismo nombre que el barrio que lo vio nacer en Tacuarembó-, compuesto por gente muy humilde y de escasos recursos, elevó una capilla dedicada a la Virgen de los Treinta y Tres Orientales. Es el primer templo en nuestro país erigido en honor a esta Virgen de los «33». Su piedra fundamental la colocó el padre Domingo, el 25 de Agosto de 1941 y su construcción la concluyó en noviembre de 1943.
 
En el barrio Bella Vista, de Maldonado - llevaba el mismo nombre que el barrio que lo vio nacer en Tacuarembó-, compuesto por gente muy humilde y de escasos recursos, elevó una capilla dedicada a la Virgen de los Treinta y Tres Orientales. Es el primer templo en nuestro país erigido en honor a esta Virgen de los «33». Su piedra fundamental la colocó el padre Domingo, el 25 de Agosto de 1941 y su construcción la concluyó en noviembre de 1943.
  
En la Laguna del Sauce, un grupo de vecinos que desde tiempo atrás clamaban por poder tener una Capilla, tuvieron una rápida respuesta del padre Domingo. Se dedicó él mismo a levantar las paredes, junto con agricultores y nuevas familias que se estaban asentando en las inmediaciones. Los atraía la belleza del lugar, las ilusiones de vida y la determinación en hacer progresar una zona con grandes necesidades desde la desaparición - con el deceso de don Antonio Lussich - de las plantaciones de árboles, que provocó desocupación y la caída en la demanda de alimentos producidos en las chacras.
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En la Laguna del Sauce, un grupo de vecinos que desde tiempo atrás clamaban por poder tener una Capilla, tuvieron una rápida respuesta del padre Domingo. Se dedicó él mismo a levantar las paredes, junto con agricultores y nuevas familias que se estaban asentando en las inmediaciones. Los atraía la belleza del lugar, las ilusiones de vida y la determinación en hacer progresar una zona con grandes necesidades desde la desaparición - con el deceso de Don Antonio Lussich - de las plantaciones de árboles, que provocó desocupación y la caída en la demanda de alimentos producidos en las chacras.
  
  
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[[Archivo:padre_domingo_0003.jpg|thumb|frame|right|400px|La gran estatua de San Francisco de Asís erigida sobre el cerro del Abra de Perdomo, fue realizada por el Padre Domingo con sus propias manos. La Llevó a su dimensión de cinco metros de altura, más otro cinco metros de base, luego de proyectarla a partir de una pequeña imagen.]]
 
[[Archivo:padre_domingo_0003.jpg|thumb|frame|right|400px|La gran estatua de San Francisco de Asís erigida sobre el cerro del Abra de Perdomo, fue realizada por el Padre Domingo con sus propias manos. La Llevó a su dimensión de cinco metros de altura, más otro cinco metros de base, luego de proyectarla a partir de una pequeña imagen.]]
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'''Biografía del Padre Domingo proporcionada por Ricardo Biurrun''' (manuscrita en 2015):
 
'''Biografía del Padre Domingo proporcionada por Ricardo Biurrun''' (manuscrita en 2015):
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Devoto de la Virgen María, el Padre Domingo levanta una capilla dedicada a la Virgen de los 33 Orientales, y para ello encarga al escultor una réplica varias veces aumentada de la imagen de la Catedral de Florida.
 
Devoto de la Virgen María, el Padre Domingo levanta una capilla dedicada a la Virgen de los 33 Orientales, y para ello encarga al escultor una réplica varias veces aumentada de la imagen de la Catedral de Florida.
  
Organizaba el mes de Octubre de cada año excursiones desde Montevideo a Maldonado el día 12, que era dedicado a Nuestra Señora del Carmen del Santander, y que en la tarde sacaba la imagen en procesión y que recorría el centro de Maldonado. En cierta oportunidad, la Virgen que hoy está en su ermita del retablo, con el traslado en andas se deterioró un dedo, así que Domingo la mandó a restaurar y hacer una réplica.
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Organizaba, el mes de Octubre de cada año, excursiones desde Montevideo a Maldonado, el día 12, que era dedicado a Nuestra Señora del Carmen del Santander. En la tarde sacaba la imagen en procesión y recorría el centro de Maldonado. En cierta oportunidad, la Virgen que hoy está en su ermita del retablo, con el traslado en andas se deterioró un dedo, así que Domingo la mandó a restaurar y hacer una réplica.
  
  
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EL FRANCISCO DE ABRA DE PERDOMO
 
EL FRANCISCO DE ABRA DE PERDOMO
  
Domingo quería homenajear a San Francisco de Asís. Bajó la estatua del Santo del altar lateral, tomó medidas, las multiplicó y puso manos a la obra en su escultura, personalmente. Hizo una gran base de hormigón armado, y dejó hierros salientes, con material fue dando formas a los pliegues del hábito hasta la cintura, y esa fue la primera etapa. La segunda parte fue de la cabeza a la cintura, siguiendo la misma técnica de material con arena y portland, usando las manos y no herramientas, siempre dejando hierros para unir las dos partes. Una vez que estuvo todo pronto, lo que le llevó muchos meses de trabajo, fueron sacados con rodillos por la nave central de la iglesia y cargados en un camión, y trasladas hasta el pie del cerro. Se necesitaron 10 yuntas de bueyes para subir las partes a lo alto del cerro, y una vez puestos en su lugar, Domingo unió las partes, ató los hierros entre sí y rellenó lo que estaba sin material y lo disimuló.  
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Domingo quería homenajear a San Francisco de Asís. Bajó la estatua del Santo del altar lateral, tomó medidas, las multiplicó y puso manos a la obra en su escultura, personalmente. Hizo una gran base de hormigón armado, y dejó hierros salientes, con material fue dando formas a los pliegues del hábito hasta la cintura, y esa fue la primera etapa. La segunda parte fue de la cabeza a la cintura, siguiendo la misma técnica de material con arena y portland, usando las manos y no herramientas, siempre dejando hierros para unir las dos partes. Una vez que estuvo todo pronto, lo que le llevó muchos meses de trabajo, fueron sacadas con rodillos por la nave central de la iglesia, cargadas en un camión, y trasladadas hasta el pie del cerro. Se necesitaron 10 yuntas de bueyes para subir las partes a lo alto del cerro, y una vez puestas en su lugar, Domingo las unió, ató los hierros entre sí y rellenó lo que estaba sin material y lo disimuló.  
  
  

Revisión del 15:20 30 sep 2015


Padre Domingo.


En 1940 llegó a Maldonado un fraile con grandes dotes de sacrificio: el padre "Domingo de Tacuarembó", como se hacía llamar y como firmaba.

Este personaje maravilloso, un verdadero santo (se iniciaron acciones en Roma para su beatificación), nació el 18 de Mayo de 1899, en la casa de sus padres, en la llamada Colonia Bella Vista (fundada por familias italianas), a orillas del río Negro, departamento de Tacuarembó.

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Era hijo de Domingo Orsetti, agricultor, y de María Andrea - ambos italianos, originarios de la provincia de Udine -, tal como figura en su partida de nacimiento, en Paso de los Toros, el 2 de Junio de 1899.

Fue bautizado como Umberto Domingo Orsetti.

Fue fraile, sacerdote, cura párroco, misionero, director de colegios en Uruguay y en el interior de Argentina, consejero provincial, director de seminarios, maestro de novicios, fundador de innumerables obras, de caridad y de actividad, en comunidades enteras.

Fue chofer, horticultor, constructor, albañil, escultor: la gran estatua de San Francisco de Asís que se erigió sobre el cerro del Abra de Perdomo fue realizada por sus propias manos; la llevó a su dimensión de cinco metros de altura, más otros cinco metros de base, luego de proyectarla a partir de una pequeña imagen.

Con sus propias manos construía viviendas en los barrios pobres de Maldonado, fue ciclista de resistencia hasta los ochenta y siete años - montado en su preferido y único vehículo visitaba a los fieles del departamento -, concurría a donde se lo necesitaba, erigía capillas y oratorios, oficiaba la Santa Misa en los más recónditos parajes del departamento...

A pesar de su pequeño y castigado físico, vencía todas las dificultades. Era de imaginación desbordante, con un gran poder de convicción, que contagiaba y así conseguía lo que se propusiera.

Contaba siete años de edad cuando la familia se estableció en el barrio Nuevo París, en Montevideo. En 1910 ingresó al colegio de los Capuchinos, en su barrio, donde cursó hasta el liceo, aunque no pudo terminarlo, por enfermedad y recomendación de los médicos, quienes diagnosticaron que «tenía el corazón muy desgastado», y le pronosticaron poco tiempo de vida.

Terminada la Primera Guerra Mundial, el 19 de Junio de 1918, el que sería el futuro padre Domingo fue enviado a Génova, Italia, donde ingresó como novicio en la Orden Capuchina. Se inscribió como Domingo de Tacuarembó y fue consagrado sacerdote el 15 de Agosto de 1926 (día de la festividad de la Virgen de la Asunción) y destinado a la provincia de Santa Fe, Argentina.

En 1928, regresó al Uruguay como teniente cura, a la iglesia de su barrio Nuevo París en Montevideo. Su salud se deterioró cuando trabajaba como director de los estudios de Filosofía y Teología, en el convento de San Antonio, en 1932, por contagiarse de tuberculosis con sus visitas diarias a los enfermos del hospital Fermín Ferreira. Al mejorar, en Noviembre de 1940, fue nombrado superior y párroco de Maldonado. Fue investido y tomó posesión de la parroquia el 10 de Enero de 1941.

En el barrio Bella Vista, de Maldonado - llevaba el mismo nombre que el barrio que lo vio nacer en Tacuarembó-, compuesto por gente muy humilde y de escasos recursos, elevó una capilla dedicada a la Virgen de los Treinta y Tres Orientales. Es el primer templo en nuestro país erigido en honor a esta Virgen de los «33». Su piedra fundamental la colocó el padre Domingo, el 25 de Agosto de 1941 y su construcción la concluyó en noviembre de 1943.

En la Laguna del Sauce, un grupo de vecinos que desde tiempo atrás clamaban por poder tener una Capilla, tuvieron una rápida respuesta del padre Domingo. Se dedicó él mismo a levantar las paredes, junto con agricultores y nuevas familias que se estaban asentando en las inmediaciones. Los atraía la belleza del lugar, las ilusiones de vida y la determinación en hacer progresar una zona con grandes necesidades desde la desaparición - con el deceso de Don Antonio Lussich - de las plantaciones de árboles, que provocó desocupación y la caída en la demanda de alimentos producidos en las chacras.


Testimonios (audio): Fernando Edye cuenta sobre el Padre Domingo.


La gran estatua de San Francisco de Asís erigida sobre el cerro del Abra de Perdomo, fue realizada por el Padre Domingo con sus propias manos. La Llevó a su dimensión de cinco metros de altura, más otro cinco metros de base, luego de proyectarla a partir de una pequeña imagen.


Biografía del Padre Domingo proporcionada por Ricardo Biurrun (manuscrita en 2015):


PADRE DOMINGO DE TACUAREMBÓ

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Su nombre civil era Umberto Orsetti (sin H; como se ve, era un apellido y nombre italianos). El Padre Domingo nació en Tacuarembó y desde temprana edad, junto a su familia, se traslada a Montevideo, a un asentamiento que quedaba lindando a La Teja: "Nuevo Paris", que los vecinos llamaban "La cachimba del piojo".

La madre del Padre Domingo era comadrona, es decir, que ayudaba a las parturientas en los partos, pues en aquellos tiempos no existían las parteras, y menos Maternidad, los bebes nacían en sus casas. Casualmente la madre del Padre domingo fue quien asiste a la madre del Padre Celestino en su nacimiento.

Fray Domingo crece en un ambiente familiar y cuenta que siendo muy joven, casi un adolescente, un fraile le preguntó un día si quería hacerse capuchino, y él, sin saber de qué se trataba, dijo que sí. Y lo cierto es que nunca había pasado por su mente la idea de la vida religiosa. Al poco tiempo decide entrar en la orden de los Hermanos Menores Franciscanos. Le comunicó a los suyos la decisión, y su familia lo apoya.

Realiza sus estudios en Italia, especialmente en Teología, y al ordenarse como Sacerdote adopta el nombre Domingo de Tacuarembó por su lugar de nacimiento, que era lo que se estilaba, en señal de que era un hombre nuevo.

Ya ordenado Sacerdote regresa a Montevideo, reside en el Convento de los Capuchinos y dice misa en la Parroquia de San Antonio. Al poco tiempo su salud se deteriora, y Padre Guardián junto al Provincial deciden mandarlo a Maldonado para su recuperación. En Maldonado colabora con el Párroco en las tareas de la parroquia, hasta que a mediados de los 40 es nombrado Párroco, y se desempeña hasta el año 1950, en que es enviado a la Parroquia de Nuevo Paris en Montevideo, siendo sustituido por el Padre Agastangel.


DOMINGO, HOMBRE DE ACCIÓN

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Domingo observó que la iglesia carecía en su exterior de una imagen de San Fernando, patrono de Maldonado, así que contrató un escultor argentino para que realizara la estatua, que luce la Catedral entre las dos torres. Este escultor a su vez contrata un albañil, para que haga la estructura y basamento. Como buen observador, Domingo sigue paso a paso la escultura, y ve que el artista ha sacado medidas de la existente en el retablo de la iglesia y las ha multiplicado; estos datos le servirán para otro proyecto.

Nuestro fraile quería que su amada iglesia parroquial fuera consagrada, y así se lo hizo saber al que después fuera el primer Cardenal uruguayo, Monseñor Barbieri, también capuchino y Arzobispo de Montevideo. Barbieri viene a Maldonado, recorre la iglesia y nota que la piedra "ara" de mármol del altar mayor no tiene contacto en la tierra y así no puede consagrar la iglesia. Domingo pone manos a la obra, y debajo del altar hace un pozo, llegando a la tierra, donde levanta un pilar de ladrillos hasta que éste tocó la piedra del altar, y con eso la iglesia fue consagrada por Monseñor Barbieri, dando fé de ello las cruces de mármol blanco que están en las columnas de la nave central.


LA VIRGEN MARÍA

Devoto de la Virgen María, el Padre Domingo levanta una capilla dedicada a la Virgen de los 33 Orientales, y para ello encarga al escultor una réplica varias veces aumentada de la imagen de la Catedral de Florida.

Organizaba, el mes de Octubre de cada año, excursiones desde Montevideo a Maldonado, el día 12, que era dedicado a Nuestra Señora del Carmen del Santander. En la tarde sacaba la imagen en procesión y recorría el centro de Maldonado. En cierta oportunidad, la Virgen que hoy está en su ermita del retablo, con el traslado en andas se deterioró un dedo, así que Domingo la mandó a restaurar y hacer una réplica.


LA CAPILLA DE LAGUNA DEL SAUCE

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La Parroquia tenía un solar bastante grande en lo que es hoy la Capilla de la Laguna, y Domingo quería hacer esa capilla pero no tenía fondos para la obra, por lo que canjeó un trozo de tierra por dos hornadas de ladrillos a un hornero de las inmediaciones y logró su Capilla Nuestra Señora de la Asunción.


EL FRANCISCO DE ABRA DE PERDOMO

Domingo quería homenajear a San Francisco de Asís. Bajó la estatua del Santo del altar lateral, tomó medidas, las multiplicó y puso manos a la obra en su escultura, personalmente. Hizo una gran base de hormigón armado, y dejó hierros salientes, con material fue dando formas a los pliegues del hábito hasta la cintura, y esa fue la primera etapa. La segunda parte fue de la cabeza a la cintura, siguiendo la misma técnica de material con arena y portland, usando las manos y no herramientas, siempre dejando hierros para unir las dos partes. Una vez que estuvo todo pronto, lo que le llevó muchos meses de trabajo, fueron sacadas con rodillos por la nave central de la iglesia, cargadas en un camión, y trasladadas hasta el pie del cerro. Se necesitaron 10 yuntas de bueyes para subir las partes a lo alto del cerro, y una vez puestas en su lugar, Domingo las unió, ató los hierros entre sí y rellenó lo que estaba sin material y lo disimuló.


Estas fueron algunas de las obras que dejó, como el piso de la iglesia, que antes era de ladrillos.


INGENIO Y OBEDIENCIA

La familia del padre Pío de Pietrelcina había llegado a Sudamérica y todos los peregrinos querían ir a ver a este fraile capuchino, a pesar de que no se le permitía decir misa para el público.

Domingo y Celestino querían ver al Padre Pío, Celestino pidió permiso para visitarlo pero le fue denegado. Domingo - obediente e ingenioso - pidió permiso al Provincial y al Padre Guardián para ir a otra parroquia a varios kilómetros del Padre Pío y le fue concedido. Estuvo 3 días hasta que el Párroco le dijo que si quería ver al Padre Pío él no se opondría, y así, sin desobedecer, Domingo se entrevistó con él.


El Padre Domingo tuvo una fuerza que iba más allá de su estatura física; nada detenía a este fraile cuando se fijaba un objetivo, porque era todo voluntad. También Domingo sufrió varios quebrantos de salud, que supera admirablemente. y cuando sentía que El Señor Jesucristo lo llamaba a su lado, lo poco que poseía, sus ropas y hasta su hábito cambiaron de dueño, porque él quería irse como lo hizo el Hermano Francisco. Hoy el Padre Domingo descansa en su amada Catedral de Maldonado, que lo cobijó y cautivó y donde un pueblo lloró su partida.










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