Alocución, Poema de Raúl Montañés sobre el Premio de EL DEBATE

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Nota del Editor del libro "Con la voz del corazón" de Raúl Montañés, publicado en 1956:


Versificada, y declamada por el autor en la noche del 10 de Julio del año en curso. En cuya pieza oratoria agradeció a su público de viva voz, la entrega de una copa (ganada por el poeta que nos ocupa). El trofeo de marras fue instituido por el rotativo matutino "El Debate". La definición de este acto tuvo lugar en la escena del Cine Astor de esta capital.


Alocución


Con visible timidez

he recibido una copa

un magnífico trofeo

que me enaltece y me honra.

Ante un público sencillo

sencilla es la ceremonia

la recibo humildemente

sin salvas, cohetes, ni bombas.

Me la gané en buena ley

pero siempre fue mi norma

darme el mérito que tengo

que no me ciega la gloria

pues soy RAÚL MONTAÑÉS

y ya con eso me sobra.


Yo sé que el diario EL DEBATE

no me entrega una limosna

solo me ha otorgado un premio

por mi limpia ejecutoria

por mi eterno deambular

por un camino de estrofas

en defensa del acervo

de mis páginas autóctonas.

Muy pobres pero muy mías

porque sin ser una antorcha,

de andar fumando luceros

ando borracho de auroras.


Como puse plumas blancas

al nido azul de mis trovas

el sol encubó mi anhelo

y eché a volar mariposas

del color de la bandera

húmeda de ansia patriótica

esta interminable ronda

poncho de los payadores

que mueren como los cisnes

y entran cantando a la gloria.


Cuando llegué a la ciudad

no traía en mis alforjas

más que un puñado de sueños

y una canción en la boca.

El pueblo me abrió las puertas

me reconoció rapsodia

y encendí el fogón del alma

con mi tristeza recóndita.


Le canté al hombre y al niño

canté a la cándida novia,

le canté a los desvalidos

y por sobre estas cosas,

canté a la tierra oriental

esta tierra filantrópica

que no hace más que dar pan.

Y si no que me respondan

si en mi tierra pan y amor

no son dos cosas que sobran.

Con visible timidez

he recibido esta copa

yo no estoy acostumbrado

a esta clase de lisonjas

yo no cobro por mis versos

yo no cobro por mis obras

solo me gusta vivir

pero con mi sangre propia

y jamás acepto halagos

que a mí no me correspondan.


Es exagerado el premio

que el Diario EL DEBATE otorga

a un hombre que como yo

no presenta otro diploma

que ser honesto y sencillo

mas si parten de esa lógica

entonces sí lo merezco

porque dí mi vida toda

en holocausto al deber

que vuestra amistad me imponga.


Como mi vida es un libro

pueden repasar las hojas

tengo el corazón abierto

lean nomás, que ya es hora

de saber quién es Raúl

pues sé que existen personas

que han quedado a campo raso

teniendo un nidal de auroras

cerquita del alma mía

para entibiar sus congojas.


Si alguna vez hice daño

no ha sido voluntad propia

yo no hiero, yo acaricio

y aunque el sabio se equivoca

yo no estoy equivocado

yo no soy mala persona

malaya que si lo fuera

aquí no habría una mosca

y vino un mundo de amigos

que ya con eso me sobra.


Hermosísimo trofeo

que unas manos generosas

han puesto sobre mis manos

por mi labor meritoria

Eso no quiere decir

que a los demás haga sombra

yo no soy mejor que nadie

si es que me gané esta copa

no es solo mía, es de todos

que en una familia sola

se da por partes iguales

el pan, la pena y la gloria.


Radio Solís y El Debate

desde su mesa redonda

brindan por la patria gaucha

y aunque en diferente forma

de la prensa oral o escrita

las dos empresas pregonan

por las columnas de un diario

o espacios de una emisora

todas las voces del pueblo

para que él las recoja.


Por el mismo metal

donde viaja nuestra onda

también va el diario El Debate

cual bandada de palomas

que llevan bajo sus alas

un poco de nuestra historia.


Un párrafo solamente

quiero ofrecerle a mi copa

mía y de mis compañeros,

y de todas las personas

que tienen sed de cariño

y una canción en la boca

La copa será el jagüel

para que abreven las mozas

por las esperanzas nuestras

y las ilusiones rotas.


Imagino este trofeo

con un brocal de amapolas

salpicado con estrellas


humedecido de loas

y con mis hondas tristezas

y mis alegrías hondas

con mis risas y mis lágrimas

diluirme gota a gota

hasta llenarme de amor

y entonces alzar la copa

y brindar por mis amigos,

por las madres, por las novias,

por los niños, por los hombres,

y por mi vida sin sombras.


Y dejarle el muchas gracias

a quien gestó esta victoria

sorberme el último trago

que ya con eso me sobra

que soy Raúl Montañés

y no me ciega la gloria.




Raúl Montañés

Versos publicados en el libro "Con la voz del corazón", 1956




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