Artículo de Salaverri - detalles de la historia del honorable apellido Gorlero

De Banco de Historias Locales - BHL
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Del archivo personal de Teófilo Henry, bisnieto de Juan Gorlero.


EL GORLERO cuyo nombre lleva la principal avenida de Punta del Este



Cuando perseguido, el legendario José Garibaldi del corsario “Massini”, arriba a Maldonado, pintando el invierno de 1837, hay allí un marino ex náufrago que ya tiene significación en la zona y va a prestarle amistad y generosa ayuda. Le recibirá en la casa. Le ocultará. Todo solícito y desinteresado, exponiéndose. Era Don Domingo Gorlero.

Este magnífico genovés, que a su diploma de navegante añadía un título de Conde, al arrebatarle su nave la recia tempestad, abandona el mar proceloso y se hace hombre de “tierra firme” casándose con Manuela Núñez, la hija del Gobernador, que descendía de uno de los heroicos Treinta y Tres. La pareja tuvo cinco hijos. El mayor fue ese Juan B. Gorlero, apellido que suena constantemente en el oído de cuantos van a la hoy mundialmente famosa localidad, elegida para congresos tan importantes como fue, en 1967, la Conferencia de los Presidentes de América.

Era Don Juan B. Gorlero un hombre sumamente emprendedor que llegó a tener en Buenos Aires una importante flota, con su empresa de lanchajes, lo que le permitió favorecer el comercio que abastecía las capitales del Plata, tan necesitadas de cambio de materiales para la construcción, de vituallas y toda clase de elementos. Ese hombre, un día, cansado de tanta brega, sintiendo que su salud se quebrantaba, buscó los aires vitalizantes del solar nativo, Maldonado, donde poseía tierras, que agrandó de llegada, adquiriendo dos chacras.

El Banco de la República necesitó un agente en Maldonado algo después y él fue elegido para Gerente de la Sucursal. Al crearse en el país el régimen de Intendencias, la autoridad nacional lo consagró primer Intendente del Departamento.

Y fue Don Juan B. Gorlero quien más claramente vio el destino que había de tener la península maravillosa. Entrevió lo que es hoy: un balneario de excepción en Sud América.

La visión de lo que podía ser Punta del Este la tuvo tan diáfana Don Juan B. Gorlero, que al comunicársela a su amigo Don Camilo Guani, Presidente de la Sociedad “Bola de Nieve” de Buenos Aires, dedicada a negocios de tierras, abrió un camino de fundadas esperanzas. Guani y Gorlero, luego de reunir capitales, empezaron lo que debía ser un gran conjunto de obras. Y se echaron las bases para levantar el Hotel Biarritz, que no sólo constaría del edificio actual, con tan vasta superficie, sino que estaría integrado por dos cuerpos más, con la misma importancia. Pasó el tiempo. Y aparecieron los escollos.

La sociedad presidida en Buenos Aires por Guani, es decir, la “Bola de Nieve”, no pudo ir adelante, y ello arrastró a la sociedad uruguaya, cuyo capital aquí había aportado Don Juan B. Gorlero, por lo que le dejaron a éste la totalidad de los terrenos, que fue necesario colocar apresuradamente, cuando los precios eran irrisorios. Circunstancia esta de los precios bajos, que alentó a los admiradores de Punta del Este, ingleses y argentinos, principalmente, que de inmediato empezaran a construir sus chalets.

Don Juan B. Gorlero murió cuando contaba 66 años. Fue realmente un pionero antes y después de radicarse en Maldonado. Hombre luchador y generoso, por sus valores morales y por su inusitado esfuerzo, dejó, por sobre todo, un nombre resplandeciendo hombría de bien, verdadero título de honor para su progenie.


Vicente A. Salaverri


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