Barnby

De Banco de Historias Locales - BHL
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Fotografía tomada desde el BARNBY encallado, con referencia equivocada al dorso.

Scan de la fotografía original que perteneció a Secundino Agustín "Cumba" Pérez (nacido en 1902), aportada por su nieto, Don Eduardo Tejera Pérez via Ignacio Grieco.
Scan del dorso de la fotografía original.




"... Ya en casa del vecino Emilio N. Messano, sentados en torno a él, escuchamos el relato del naufragio de "Barnby" (vimos la hoja de ventana, piedras de carbón y una campana de bronce, que sus mayores conservaron). Fue el 11 de Mayo de 1911, que varó en la playa de Manantiales, procedente de Cardiff, Inglaterra, con cargamento de carbón piedra para la casa Cory Hnos de Buenos Aires, siendo la explicación del Capitán que por la gran niebla había confundido el faro de José Ignacio con el de Lobos."

Somos el Puente, Liceo de La Barra


"... Al principio seguí una pista equivocada. Ubiqué una fotografía de un barco encallado hacia la costa desierta, sobre la que lucían una fecha y un nombre: 1915, el Doldwell. Pero se trataba de una falsa alarma, un barco encallado contra la Isla de Lobos que logró zafar tras riesgosas maniobras de los remolcadores de Lussich & Cía, arribando sano y salvo a Montevideo.

Lugareños y búsquedas documentales me pusieron en contacto con Nelson Messano, vecino, memoria y referente de La Barra, quien me aseguró se trataba del Barnby. (...).

Pero la confirmación documental me llegó a través del "Diario personal" de Herny Burnett, agente del Lloyd´s de Londres afincado en Maldonado, manuscrito que llegó a mis manos gracias al hado especial que tenemos los que investigamos con pasión. Sus prolijas anotaciones, escritas de su puño y letra, sobre las peripecias de los salvatajes en que intervenía, me corroboraron que se trataba del Barnby, un carguero inglés procedente de Cardiff con las bodegas repletas de carbón mineral, el que encalló en la neblinosa madrugada del 12 de Mayo de 1911 frente a las costas de mi playa. ..."

A. Varese


"... Mi abuelo, Francisquelo, vino de San Carlos, igual que todos los que podían venir a ver el barco. Él nos contaba: "abrías con un cuchillo las sacas de harina y adentro había una capa de engrudo, y más adentro la harina... blanquita, blanquita".

A quienes los ayudaban les regalaban cosas: mi abuelo recibió una hoja de ventana con varillas de bronce y una campanita, que ocupa hoy en mi casa un lugar de privilegio como testimonio de esta historia.

¡Ma´qué Montoya... Playa del Barco Perdido!"

Emilio N. Messano



(Fragmentos de relatos publicados en "Somos el Puente" del Liceo de La Barra, 2014).





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