Bergalli, Román
9 de Agosto, 1862 - 24 de Mayo, 1911
Hijo de Giovanni Battista Bergalli y Filomena Bergossi, el segundo de cuatro hermanos (nacidos en Italia), marido de Isabel Gorlero Aguirre, padre de María Celia Josefa Bergalli Gorlero; María Isabel Esther Bergalli Gorlero; Maria Sofía Bergalli Gorlero y Román Victoriano Augusto Bergalli Gorlero.
El doctor Roman Bergalli en una década transforma 30 hs. de médanos y bañados permanentes en hermosas agrupaciones de variadas esencias florestales.
(Apéndice Nº 17 de "Maldonado y su región" de Carlos Seijo, 1945: transcripción de artículo publicado en "La Propaganda" de San Carlos, Julio 7 de 1909).
Dr. Román Bergalli, médico "inolvidable"
Román Bergalli nació en Montevideo el 9 de Agosto de 1862, sus padres fueron Juan Bautista Bergalli y Filomena Bargoni. Estudió y se recibió en Italia, específicamente en la Universidad de Turín, el 21 de Noviembre de 1888.
En Uruguay revalidó su título de médico ante las autoridades uruguayas, siendo habilitado legalmente para ejercer la medicina, el 2 de Marzo de 1891.
Con fecha 12 de Mayo de 1891, Román Bergalli, fue nombrado para un puesto público que revestía mucho sacrificio y mucho peligro, ya que se lo nominó para ejercer como Lazareto en la Isla de Flores, recibiendo y tratando a pacientes que venían a hacer cuarentena a esa isla, antes de ingresar al territorio de nuestro país. Por aquellos años, paradójicamente al igual que lo que estamos viviendo actualmente (Mayo 2021), también se estaba viviendo una pandemia y las autoridades sanitarias de nuestro país de aquel entonces, habían decidido que todas las personas que ingresaban al país, vía el puerto de Montevideo, primero tenían que hacer una cuarentena obligatoria en la Isla de Flores. Es que por aquel entonces la fiebre amarilla, arrasaba con muchas familias en nuestro país.
En la Isla de Flores, Bergalli desplegó una labor encomiable, bajo condiciones muy recias, ya que las inclemencias del invierno hacían de aquel paraje un lugar prácticamente infernal, donde sólo el sonido del viento y la rompiente de las olas, era lo que llegaban a sus oídos y en verano, la cosa no era mucho mejor, pues los calores abrumaban en aquellos desolados parajes marítimos. Bergalli desempeñó el cargo hasta 1893, cuando a instancias del entonces Jefe Político de Maldonado, Coronel Melchor Maurente, y ante la ausencia del médico de San Carlos Andrés Ceberio, le propuso radicarse en San Fernando de Maldonado, designándolo como médico de la Policía.
Román Bergalli fue un médico con muchas facetas en la sociedad de Maldonado, pues apenas cuatro años después de instalado en el departamento, fue uno de los fundadores de la Cruz Roja de Maldonado y fue su primer Presidente honorario.
Este destacado galeno fue además Inspector Departamental de Higiene, así como un entusiasta forestador, que a fuerza de plantar muchos árboles, fue transformando un paisaje desolador de médanos y bañados, en hermosos predios floridos.
Asimismo incursionó en la educación, dictando cursos de latín en el liceo que fundó junto a Antonio Camacho y José Dodera, en la escuela Ramírez de Maldonado.
Para el año 1899, fue designado miembro de la Junta Económico Administrativa fernandina.
Bergalli ya se había convertido en todo un personaje en el departamento de Maldonado y cuando ya estaba afincado totalmente en el mismo, fue elegido diputado y decidió mudarse una vez más, para radicarse en Montevideo, pero al terminar su período en la Cámara, retornó a Maldonado, departamento que lo había cautivado.
Pero su vida fue muy corta, ya que Román, el 24 de Mayo de 1911, con apenas 48 años de edad, fallecía y todo Maldonado salió a las calles para recibir los restos mortales - trasladados en tren desde Montevideo - de su querido médico de todas las horas y los comercios cerraron sus puertas en forma de homenaje.
Una crónica del periódico fernandino “La Reforma”, firmado por Rómulo Muñoz Zeballos, dijo: “Con su sombrero de amplias alas, que hacía las veces de quitasol en verano y de paraguas en invierno. Con su robusto bastón que los amigos de su poseedor denominaban en tono amistoso "el garrote del Dr. Bergalli"; con su paso lento y pesado, y con una mueca insinuante dibujada invariablemente en la comisura de sus labios; con estos atributos que constituían las aristas de su personalidad exterior, se le ha visto durante veinte años al compatriota que desaparece, cruzar las calles de Maldonado por la mañana, por la tarde, a la noche, siempre, siempre en la misión impuesta por la noble profesión de médico, que tiene mucho de apóstol y de víctima de la ingratitud de los hombres”.
Braulio de Nava
(Texto publicado en Crónicas del Este).
El Banco de Historias Locales de Maldonado agradece especialmente a Sofía de Medina Bergalli y a Juan Teófilo Henry por sus aportes.