Don Antonio Veiga, escultor
La travesía de una obra formidable
por Gerardo Rodríguez Lafferranderie
Un 28 de abril como hoy, pero de 1882, un natural de Galicia terminaba de armar un altar en Buenos Aires, durante la Exposición Continental que allí se realizaba, donde obtuvo dos altos premios.
Había sido construido en la ciudad de Pando a partir de 1872, sin un destino final conocido, luego de varios años de esforzado y dificultoso trabajo, por parte del genial artista autodidacta Antonio Veiga, nacido en Vigo en Galicia, España, quien desde joven residía en nuestro país.
Luego de innumerables jornadas de auto-aprendizaje, en Pando, Veiga se propuso construir un gran altar de características extraordinarias, aún sin tener un lugar definido para su instalación. Tras ocho años de esforzado trabajo logró finalizar una suntuosa obra.
Realizó dos altares más, uno para la iglesia de Pando y otro para la de Santa Lucía.
Aquel primer altar, sin destino fijo, que participó en la Exposición mencionada al comienzo, a su regreso a Montevideo, quedó abandonado bajo las sombras de la Aduana capitalina durante ocho años.
Mientras tanto, en Maldonado, se ultimaban los detalles del largamente esperado templo mayor frente a la plaza principal, que necesitaba un altar acorde a la importancia de la Iglesia de San Fernando.
El altar inicialmente adquirido presentaba un gran deterioro, era usado y estaba en condiciones bastante desprolijas, lo que causó gran desencanto entre los creyentes y las principales jerarquías tanto eclesiásticas como gubernamentales.
Las autoridades locales, al tomar conocimiento de la existencia del refinado altar arrumbado en la Aduana montevideana, emprendieron gestiones ante el presidente Máximo Tajes para solicitar su donación. Tras múltiples acciones, finalmente se logró obtenerlo para la iglesia de la ciudad.
Fue trasladado a la Aduana de Maldonado, donde, increíblemente, permaneció otros cinco años más en la oscuridad de un depósito.
Asombrosamente, ese altar sin parroquia, completó trece años de “residencia aduanera”.
Al fin y al cabo la hermosa escultura del originario de Galicia encontró su destino. A comienzos de 1894 se llama a licitación para su optimización y montaje. Comenzó así su definitiva instalación. Transcurridos más de tres lustros, esa obra de arte encontró un sitio acorde a su belleza.
Hoy, 28 de abril, se cumplen 143 años desde que Veiga terminara de armar su altar para competir en la muestra internacional en Buenos Aires, una obra que tras superar innumerables circunstancias, culminó siendo el Altar Mayor de la actual Catedral de San Fernando de Maldonado.
En el libro "Maldonado y su Región", de Carlos Seijo, reeditado recientemente, gracias a la iniciativa del Instituto Uruguayo Argentino, podrán encontrar detalles más precisos de esta historia relatada aquí, de manera sencilla por este vecino, sobre las vicisitudes vividas por una creación artística magnífica presente en nuestro departamento.
(Publicado en FB, abril de 2025).
El Dr. Mario Scasso Burghi aporta que el altar fue financiado personalmente por el Presidente de la República Gral. Máximo Santos, durante su construcción y también facilitó su traslado a la Exposición de Buenos Aires.
Click para leer el capítulo "El Altar Mayor" de "Maldonado y su región" online.