El Cnel. Basilio Pinilla Alagón, un fernandino desconocido en su solar natal
- Tomo I del libro Historia de Paysandú, Diccionario Biográfico de Augusto I. Schulkin, donde la historia del Cnel. Basilio Pinilla aparece entrelazada con la de sus conciudadanos. [1]
Un fernandino desconocido en su solar natal: el Cnel. Basilio Pinilla Alagón
Por Mario Scasso Burghi
Existen varios fernandinos que tuvieron una destacada actuación en nuestro país, lejos de su solar natal. Hubo médicos como Ángel M. Cuervo (1882) de relevante desempeño en Fray Bentos, como profesional y como profesor de literatura, la Rambla de la Capital de Río Negro, sobre el Río Uruguay y el Hospital Fraybentino, llevan su nombre, y Garibaldi Devincenzi (1882), quien fuera uno de los fundadores del Servicio de Emergencia del Hospital Maciel, el primero en el país y Director del Museo de Historia Natural durante 30 años. Ambos nacieron aquí el mismo año. La pobre y limitada población de su ciudad natal hicieron probablemente poco atractiva “su vuelta al pago”. En el caso de Devincenzi, probablemente también razones políticas, en la primera década del S.XX.
Hace varios años el entonces Jefe de Policía de Maldonado, Insp. Mayor Juan Daniel Balbis, me puso sobre la pista de un personaje de sobresaliente trayectoria en el Departamento de Paysandú a mediados del S. XIX, el Cnel. Basilio Antonio Pinilla, que había nacido “en el Departamento de Maldonado”.
Efectivamente nació en la Ciudad de San Fernando de Maldonado, el 14 de junio del año 1800. La Partida Bautismal dice: “Basilio Antonio Pinilla. El día quince de junio del año de mil ochocientos yo el Dr. Juan Dámaso Gómez de Fonseca, Cura propio (sic) de esta Iglesia Parroquial de Maldonado, bauticé solemnemente y puse los Santos Óleos, a un niño que nació el día catorce de este mes, a quien puse por nombre Basilio Antonio, hijo legítimo de Antonio Pinilla, Sargento de Blandengues, natural de la Villa de Sestrica, Reino de Aragón y de Narcisa natural de esta [ciudad]. Abuelos paternos Miguel Pinilla y María López [ilegible]. Fueron padrinos Don Manuel Gutiérrez Varona y Doña María Pérez del Puerto, a quienes previne el parentesco espiritual…”.
Ambos padrinos del bautizado eran personalidades relevantes de la sociedad fernandina colonial del fin del S. XVIII. El Tte. Cnel. Manuel Gutiérrez Varona, oficial de confianza del entonces Gobernador de Buenos Aires Juan José de Vértiz durante la ofensiva campaña contra los portugueses en Río Grande, hasta Rio Pardo en 1774, era el instructor designado por el Virrey Antonio Olaguer Feliú, para el Cuerpo de Blandengues de la Frontera de Montevideo y Comandante Militar de la ciudad. María Pérez del Puerto, era hija del Ministro de la Real Hacienda y Comisario de Guerra de los Reales Ejércitos Rafael Pérez del Puerto, cuya tesorería abonaba los sueldos a las Compañías de Blandengues, en Maldonado. Sus nombres “de pila”, se deben al Santoral correspondiente al día de su nacimiento: San Basilio y al de su progenitor.
En la Partida de Casamiento de los padres realizada el 9 de septiembre de 1799, “yo el Dr. Dn. Juan Dámaso Gómez de Fonseca, Cura propio de esta Iglesia Parroquial de Maldonado” con la anuencia de “la Vicaría Castrense”, certifica que Antonio Pinilla es “Sargento de la Séptima Compañía de Blandengues, natural de la Villa de Sestrica, Obispado de Zaragoza, hijo legítimo de Miguel y María López, naturales de dicha Sestrica, …” “Sobre el matrimonio, que el dicho Pinilla libremente [ilegible] contraer con Narcisa natural de esta Parroquia, ahijada, criada y educada en casa del Teniente Coronel Dn. Manuel Gutiérrez Varona y Dña. Ana Mendinueta, …” “Siendo testigos Don Juan Agustín Pagola y su mujer Dña. María de la Concepción Ribero, …” Anotada en el Libro de Matrimonios como “Antonio Pinilla y Narcisa Gutiérrez”.
El Capitán Juan Agustín Pagola, era el comandante de la 7ma. Compañía de Blandengues, de la cual el Sargento Antonio Pinilla era integrante. La 7ma. Compañía era “de beneficio”, o sea que era integrada por reclutas, pero su plana mayor de oficiales y suboficiales eran veteranos. Juan Pagola fue el padre del Cnel. Manuel Vicente Pagola, oficial de Artigas, combatiente en las Campañas del Alto Perú y Salta y Constituyente de 1828 a 1830.
Tanto Pinilla, como Pagola, Gutiérrez Varona, Rafael Pérez del Puerto y Gómez de Fonseca, convivieron con Artigas, que ingresa como soldado en marzo de 1797, al constituirse el Cuerpo de Blandengues y desde 1798 como oficial, durante sus permanencias en la Ciudad de Maldonado entre 1797 y 1800.
Ambas ceremonias religiosas se realizaron en la antigua sede parroquial de San Fernando de Maldonado, en el precario y antiguo edificio de paredes de ladrillo y techo de teja, que fue derribado en 1801, para dar inicio a la construcción en su lugar del actual templo.
El primogénito de los Pinilla, vivió en la ciudad, por lo menos hasta mediados de 1805, ya cumplidos los 5 años. Ignoro el solar donde residía en la ciudad su familia.
Su padre el Sargento de la 7ma. Compañía de Blandengues de la Banda Oriental del Río de la Plata (como figura en las “revistas” del Cuerpo de Caballería de Blandengues, realizadas en Maldonado por el Comisario de Guerra de los Reales Ejércitos y Ministro de la Real Hacienda, Rafael Pérez del Puerto y firmadas por el Tte. Cnel. Manuel Gutiérrez Varona, Sargento Mayor del Regimiento de Dragones de Buenos Aires y Comandante Militar de esta ciudad, figura presente en Maldonado, mientras el Cap. Juan Pagola se halla con algunos integrantes de la Compañía en la Guardia del Chuy (Sep., Oct., Nov. y Dic. de 1800). Es decir que se le consideraba depositario de la confianza de sus superiores, encargado de la “base” de la compañía en ausencia de éstos destacados en otros puntos de la “banda-frontera”.
Corrían “tiempos de guerra”, el Reino de España estaba desde 1796, aliado a la República Francesa enfrentada con el Reino de la Gran Bretaña e Irlanda.
En 1797 se había creado el Regimiento de Blandengues de la Frontera de Montevideo, integrado con recluta de criollos de la Banda Oriental, dada la ausencia de tropas metropolitanas. Su sede era el antiguo Cuartel de Dragones, construido en los primeros años de la década de 1770, por el Ing. Mil. Bartolomé Howell. Había sido reacondicionado en 1796 para alojar a la unidad de reciente creación, por el Ministro Rafael Pérez del Puerto, por orden del Virrey de Melo.
En 1801 estallaría la guerra con el Reino de Portugal, aliado a Gran Bretaña, lo que llevaría a la ocupación portuguesa de la Misiones Orientales y la destrucción de la fronteriza Fortaleza de Santa Tecla.
En 1802 se firmó la Paz de Amiens, entre Francia y España con Gran Bretaña. La 7ma. Cía. de Blandengues permanecería en Maldonado, integrando el “Cuerpo Veterano de Blandengues”. En la relación de sus integrantes, con determinación de antigüedad y asignación que perciben, firmada por su Comandante Sargento Mayor Cayetano Ramírez de Arellano el 1ero. de enero de 1804, figura el Sargento Antonio Pinilla con 20 años de años de servicio y 14 pesos de sueldo. El Cuerpo de Blandengues tenía menos de 7 años de constituido, es decir que Pinilla tenía 14 años anteriores de servicios. El sueldo de un soldado era de 10$, el del Cap. Pagola, con 6 años era de 50$ y el del Ayudante Mayor José Artigas con 6 años era de 45$ y el del Tte. José Rondeau era de 32$, con 10 años de servicio.
La situación de la familia Pinilla se ve alterada con el nuevo estallido de la guerra entre España, aliada entonces al Imperio Francés, con Gran Bretaña, en 1804, por el asalto de la flota del Río de la Plata, aún en paz, por navíos británicos, en la Batalla del Cabo de Santa María frente a Portugal (5 de octubre). Siguiendo el plan establecido por la Junta de Guerra presidida por el Virrey Marqués de Sobre Monte el 25 de junio de 1805, las fuerzas militares disponibles en el virreinato, se concentraron en la defensa de la Plaza Fuerte de Montevideo, Base de la Flota Hispana, desprotegiendo el Puerto de Maldonado, frente al posible ataque naval británico. Las Compañías de Blandengues, fueron trasladadas a Montevideo, incluyendo la 7ma. Sólo permaneció en el Cuartel de Dragones fernandino, la 3era. Compañía de Blandengues al mando del Capitán Miguel Borrás.
Basilio Pinilla pasó a residir en Montevideo con su familia desde 1805.
Desencadenada la esperada Invasión Británica, a mediados de junio, el vigía apostado en la torre de vigilancia del Puerto de Maldonado, había dado el aviso del avistamiento de la flota invasora. Realizado el desembarco y la toma de la Capital del Virreinato del Río de la Plata, el 25 de junio de 1806 y su posterior reconquista el 12 de agosto, se produce el asalto y conquista del Puerto de Maldonado el 29 de octubre de 1806. El desembarco en el Buceo el 16 de enero de 1807, produce el primer enfrentamiento de los británicos con los blandengues apostados allí, comandados por el Virrey Sobre Monte y principalmente en el Combate de los Saladeros de Magariños el 19. También hubo una compañía de blandengues en el Combate de El Cardal (20 de enero) y miembros de este cuerpo en la defensa del sitio y asalto de Montevideo (22 de enero-3 de febrero).
En la revista del 15 de febrero de 1808 de la 7ma. Compañía de Blandengues, situada en Montevideo, retirados los invasores del Río de la Plata, de un total de 61 plazas, 21 figuran como muertos o desaparecidos y 2 fallecidos el 1ero. de enero (¿a consecuencia de heridas?) y un alférez y un sargento, figuran como prisioneros, lo que da idea de la magnitud de las bajas de los enfrentamientos. En dicha revista, figura el Capitán Pagola y varios de sus subordinados, destacados en la frontera de Cerro Largo. La nómina, está firmada por el Sargento Antonio Pinilla “por ausencia de mis oficiales”. Es decir que este suboficial, no sólo estaba a cargo de la compañía, sino que tenía la instrucción necesaria para confeccionar la lista de revista y firmarla. También lo hace en las revistas de marzo a diciembre de 1808 y en las de enero a agosto de 1809. Es de hacer notar que varios integrantes de esta compañía desde agosto de 1808, figuran destacados en Maldonado.
En la revista del mes de septiembre de 1809, también firmada por Pinilla por la ausencia de sus oficiales destacados en Cerro Largo, se da de baja definitiva a los “que se ignoraba su paradero desde que fue tomada por asalto esta plaza” y figuran “en España”: el alférez, el cabo y 8 soldados, muy probablemente devueltos por los británicos, al invadir Napoleón el reino, destronar a sus monarcas y la Junta de Regencia en Aranjuez y luego en Sevilla, aliarse contra Francia, con el Reino de Gran Bretaña.
En el resto de las revistas de la 7ma. Cía. de Blandengues, de 1809 y 1810, figura el Sg. Antonio Pinilla en Montevideo y a cargo de ella, por ausencia de su Cap. Pagola, destacado en Cerro Largo.
El 5 de septiembre de 1810, Pinilla es ascendido a Alférez. En la misma fecha el Ayudante Mayor José Artigas es ascendido a Capitán de la 3era. Cía. de Blandengues (fallecido Borrás). El 25 de Mayo de 1810, el Cabildo de Buenos Aires había destituido a Virrey Cisneros, iniciándose el proceso de la Independencia del Virreinato del Río de la Plata.
Basilio Pinilla, tuvo varios hermanos: Carmen ¿nacida en Maldonado? (la partida bautismal de su hija Aurelia Seferina, de la Iglesia Matriz de Montevideo, nacida el 26 de septiembre de 1834, figura como nacida en este estado y sus abuelos maternos Antonio Pinilla y Narcisa Anagón [sic]), sus padrinos: el Gral. Manuel Seferino Oribe y su esposa Agustina Contucci; Ángel Manuel bautizado en la Iglesia Matriz de Montevideo, nacido el 2 de octubre de 1810, hijo legítimo de Antonio Pinilla, natural de Sestrica, Obispado de Zaragoza, Reino de Aragón y de Narcisa Alagón, sus abuelos maternos figuran como Francisco Alagón y María Pereira, sus padrinos fueron Manuel Vicente Pagola y Juana Rosa de la Luz; Claudio José, bautizado en la Iglesia Matriz de Montevideo, nacido el 30 de octubre de 1812, hijo legítimo de Antonio Pinilla, natural del Reino de Aragón y de Narcisa Alagón, natural de San Fernando de Maldonado, como abuelos maternos figuran: Francisco Alagón y Ana Mendinueta; María de las Mercedes, nacida el 5 de agosto de 1818, bautizada en la Iglesia Matriz de Montevideo, inscripta como hija legítima de Antonio Pinilla, natural de la Villa de Sestrica, en el Reino de Aragón, Teniente del Cuerpo de Blandengues de S.M.C. y de Narcisa Alagón, natural de San Fernando de Maldonado.
De las partidas de bautismos relacionadas con su descendencia, se extraen varias conclusiones:
- En primer lugar, Antonio Pinilla fue ascendido en el Cuerpo de Blandengues integrado al Ejército Español (de Su Majestad Católica [S.M.C.]), hasta el grado de teniente, por lo menos hasta 1814, en que cesó la presencia hispánica en Montevideo. En las partidas fechadas en 1810 y 1812, se resalta su procedencia peninsular.
- En segundo término, permaneció en Montevideo durante la Provincia Cisplatina Portuguesa, según la partida de 1818, constaba su pertenencia al Ejército Español. No parece que participara de actividades revolucionarias, ni independentistas.
- En tercer lugar, su esposa Narcisa, figura con el apellido Alagón, reconociendo como padre a Francisco Alagón y como madre alternativamente a María Pereira y Ana Mendinueta y no con el apellido Gutiérrez, como figura en la partida bautismal de Basilio y en su partida de casamiento.
- En cuarto lugar, que el padrino del hermano menor de Basilio, Ángel, en 1810, era el hijo del oficial superior de su padre Juan Pagola, Manuel Vicente, que al año siguiente 1811, se enrolaría en las filas revolucionarias artiguistas y sería combatiente en el Alto Perú y en las contiendas internas de las Provincias Unidas y Constituyente de 1830. La madrina era parienta de la esposa de Pagola (Dorotea González de la Luz).
-En quinto término, su familia mantuvo estrechos lazos con Oribe, una de las sobrinas de Basilio, fue apadrinada por en matrimonio Oribe-Contucci, a quien además se le colocó como segundo nombre el también segundo de Oribe.
Basilio en algún momento de la segunda década del S. XIX, se ausenta de Montevideo radicándose en Buenos Aires. Cuando la capitulación española de Montevideo, tenía recientes cumplidos 14 años; al entrar Otorgués en ella y al acontecer la ocupación portuguesa de Montevideo, en enero de 1816, tenía 15 años.
Ignoro qué formación educativa pudo haber obtenido en esos azarosos años. Augusto Schulkin refiere que en 1820, sirvió de enlace entre el Gral. Chileno José Miguel Carrera, que estaba radicado en Montevideo bajo la protección del ocupante portugués Gral. Carlos Federico Lecor desde 1817, con los partidarios de los Caudillos Federales Estanislao López y Francisco Ramírez, todos enfrentados al Gobierno Bonaerense de Pueyrredón y luego de Rondeau. Por esta causa fue detenido por las autoridades bonaerenses, puesto luego en libertad por el triunfo de los caudillos en la Batalla de Cepeda, el 1ero. de febrero de 1820.
A principios de la tercera década del S. XIX, está establecido en Buenos Aires. Montevideo era la capital de la Provincia Cisplatina, integrante del Imperio del Brasil desde 1822. No es aventurado plantear, que la Independencia del Brasil y los intrincados acontecimientos que se sucedieron en Montevideo y que provocaron la emigración a las Provincias Unidas del Río de la Plata de numerosos orientales, haya motivado también la emigración definitiva de Basilio Pinilla, de 22 años en esa fecha.
Desde Buenos Aires en 1822, solicita la admisión como novicio en la Santa Hermandad del Hospital de la Caridad en Montevideo, lo que explicitaría su vinculación masónica.
En Buenos Aires contrae matrimonio con Margarita Calderón, de la Parroquia de la Inmaculada Concepción, (actual Barrio de Constitución), el 25 de febrero de 1823. La partida matrimonial explicita: “D. Basilio Pinilla, natural de Maldonado, de estado soltero, de edad de 22 años, hijo legítimo de D. Antonio, finado y D. Narcisa Alagón” y “D. Margarita Calderón, natural de esta ciudad, de estado soltera, de edad de diez y ocho años, hija legítima de D. Fernando y D. María Inés Aguado”.
En enero de 1824, en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, es bautizado Pablo José Ramón Pinilla, nacido el 25, “hijo legítimo de Dn. Basilio Pinilla, natural de Maldonado y de Dña. Margarita Calderón de esta”. En mayo de 1825, se bautizó a María de la Trinidad Fernanda, nacida el 29. En junio de 1827, se bautizó a Antonio Bernabé, nacido el 11; en julio de 1828, se bautizó a Antonio Faustino, nacido el 29 y en noviembre de 1829, a Juan de la Cruz Aureliano, nacido el 24, todos en la misma parroquia y siempre haciendo constar que su padre era “natural de Maldonado”. Es de hacer notar que en 1823 y 24, Maldonado era parte de la Provincia Cisplatina del Imperio del Brasil y en 1827 y 1828, era integrante de la Provincia Oriental, unida a las Provincias Unidas del Río de la Plata y en 1829 era una población del naciente “Estado Oriental” independiente. No todos sus hijos sobrevivieron a la infancia (nombres repetidos).
Existe una información de que fue Juez de Paz en Buenos Aires, designado en 1824.
No hay ninguna evidencia en estos documentos de la actividad de Pinilla en Buenos Aires. Según Schulkin integró las fuerzas navales, que organizadas en Buenos Aires, participaron en la “Guerra del Brasil”, para incorporar a la Provincia Oriental a las Provincias del Río de la Plata (1826-28).
Probablemente fallece su esposa en fecha posterior a noviembre de 1829 y decide trasladarse a la recién constituida República Oriental donde había nacido. Tal vez fue inducido por el Gral. José Rondeau, quién no había sido acreditado por el Gobierno de Buenos Aires como Encargado de Negocios enviado por el nuevo país (diciembre de 1832). O se adjuntó a la numerosa emigración bonaerense a Montevideo, que aconteció al ser vencida por los partidarios del federal Juan Manuel de Rosas, la facción del unitario Gral. Juan Lavalle, que inicialmente había derrotado y asesinado al Cnel. Manuel Dorrego (1828).
Según Barrios Pintos integró la primera legislatura, no indicando por cual circunscripción fue electo.
En 1833, durante la primera Presidencia del General Fructuoso Rivera (1830-1834), fue designado en forma interina como Jefe Político del Departamento de Paysandú, que entonces tenía jurisdicción sobre todo el Norte de la República Oriental, en sustitución del Cnel. José María Raña.
En 1832 se había producido una sublevación del Gral. Juan Antonio Lavalleja, apoyada por el Cnel. Eugenio Garzón y existían evidencias del apoyo del “Hombre Fuerte” de Entre Ríos Justo José de Urquiza a ésta. Raña había sido designado Comandante General de Fronteras.
Llama la atención, que este hombre recién emigrado, sin formación militar y sin actuación política previa en nuestro país, se le otorgara un cargo tan relevante. Debió tener un importante apoyo político y muy probablemente masónico. Se inicia su relación personal con Paysandú, que se extendería, con pausas, por más de tres décadas.
El 20 de marzo de 1833, el Ministro “Universal” de Rivera, Santiago Vázquez, por recomendación de Basilio Pinilla, Jefe Político Interino de Paysandú, se eleva de Piquete a Escuadrón, la partida que cumple servicios de policía y “en atención a los distinguidos servicios del expresado Jefe Político, se le expide el despacho de Teniente Coronel de Milicias y Comandante del Escuadrón de Policía”.
El 13 de abril de 1833, Pinilla le comunica desde Paysandú, al Dr. José Ellauri, Ministro de Gobierno, que el Gobernador de Entre Ríos [Pascual Echagüe], había llegado a Arroyo de la China (Concepción del Uruguay), “Urquiza permanece en la Barra del Arroyo Grande, con poco más de 100 hombres y de ellos, ningún día dejan de desertar para este lado 3 o 4”. “Los anarquistas del otro lado, no se mueven, ni se oye por ella el nombre de D. Juan A. Lavalleja”. También que “no he sabido nada del Sr. [Lucas] Obes [Fiscal de Gobierno]”…”estoy persuadido que nada se ha cobrado y yo estoy metido en más de mil pesos, ya con los suplementos hechos a Raña”. Este despacho demuestra el enfrentamiento entre federales y unitarios, superpuesto al de los caudillos locales. También la disposición de Pinilla de disponer, de fondos propios para sufragar deudas oficiales y el desorden y desquicio de la administración del Erario Público del Gobierno de Rivera.
En nota del 7 de julio de 1833, le comunica al Dr. Ellauri, Ministro de Gobierno, las desavenencias que trata políticamente de zanjar con el Cnel. Raña, Comandante de Fronteras, con él al frente de la Administración Departamental, por cuestiones jurisdiccionales.
Pinilla luego de vencida la revolución lavallejista en 1833, debe haber permanecido en Paysandú, al retornar Raña a sus funciones. Se inaugura allí, en 1834, la primer Escuela de Niñas, con su auspicio, iniciada en 1832.
Asumida la segunda presidencia por el Gral. Manuel Oribe en marzo de 1835, el Tte. Cnel. de Milicias Basillio Pinilla es designado el 8 de octubre de ese año, en acuerdo con el Ministro de Guerra Gral. Pedro Lenguas, como Comandante de la Guardia Nacional de Caballería del Departamento de Paysandú. El 31 de octubre siguiente, Pinilla, acusa recibo del nombramiento, en nota dirigida al Brig. Gral. José Rondeau, Jefe del Estado Mayor del Ejército. En julio de 1836 se produce la sublevación del Gral. Rivera contra el Gobierno de Oribe, que lo había destituido del cargo de Comandante Gral. de la Campaña. El 29 de octubre de 1836, se lo asciende a Pinilla a Coronel Graduado de Guardias Nacionales, al frente de las de Paysandú.
En junio de 1837, se crean por ley los Departamentos de Salto y Tacuarembó, dividiendo al de Paysandú, conservando un tercio de su jurisdicción original.
En el marco de la Revolución de Rivera, ya iniciada la “Guerra Grande” (1836-1851), con la intervención de unitarios y federales en los bandos orientales enfrentados, en diciembre de 1837, Rivera ataca la población de Paysandú. El Cnel. Pinilla, designado Jefe Político del Departamento, organiza la defensa de la plaza, sostenido por el Cnel. Eugenio Garzón al mando del 3er. Cuerpo del Ejército Gubernamental. Rivera es rechazado, siendo incendiadas varias viviendas del pueblo en el combate. El mismo Garzón elogia a Pinilla en sus despachos: “… por la decidida y constante cooperación en todo lo concurrente a la organización de la Guardia Nacional desde mayo de 1837, siendo uno de los más señalados servicios, los que van unidos a la brillante conducta que ha observado en todas las acciones libradas en los accesos a la villa”.
La derrota de Oribe en la Batalla del Palmar, el 15 de junio de 1838, por la cual el presidente pierde el dominio de la campaña, salvo Paysandú, lo obliga a renunciar en octubre, quedando Gabriel Pereira, Presidente del Senado a cargo, hasta la reelección de Rivera en marzo de 1839. Pinilla había sido electo diputado por Paysandú (febrero de 1837), según Schulkin fue detenido y maltratado, golpeado, “estaqueado y calaboceado”, por orden del Cnel. José María Raña, riverista, que ocupa la población (con el que había tenido profundas desavenencias durante su actuación en 1833).
La “Guerra Grande” que sobreviniera, motivó que se alineara con Manuel Oribe y su “Gobierno del Cerrito”, figurando en 1842 entre los proveedores del Ejército Sitiador de Montevideo.
En 1844 es depositario de los “poderes” para el cobro de sueldos de oficiales y soldados “en campaña”. La prosecución de las hostilidades lo hace trasladarse a Buenos Aires para ocuparse de la educación de sus hijos Trinidad y Pablo, únicos sobrevivientes de la primera infancia de su prole.
En 1849, contrae matrimonio su hijo Pablo con Manuela Lencina, en el interior de la provincia.
En septiembre de 1855, la renuncia del Gral. Flores a la Presidencia de la República, luego de la Revolución de los Conservadores y el posterior “Pacto de la Unión”, en noviembre, entre él y Oribe, renunciando ambos a postularse a la presidencia, consolida la presidencia interina de Manuel Bustamante, Presidente del Senado, mientras se llamaba a elecciones.
En febrero de 1856, es designado Basilio Pinilla: “Cónsul General de la República” en la Provincia de Buenos Aires, señal de que mantenía vínculos con la política allende el Plata. Cargo que desempeñó por breve lapso de tiempo.
Electo Presidente Gabriel Antonio Pereira en marzo de 1856, del Partido Colorado, pero con el apoyo de los Generales Flores y Oribe, comienza la “Política de Fusión”. Estando vacante la Jefatura Política del Departamento de Paysandú desde el 25 de diciembre de 1857, por abandono del titular del cargo, el Gral. Manuel Freire (uno de los 33), que se uniría a la sublevación conducida por el Gral. César Díaz, desembarcando éste en el Cerro, proveniente de Buenos Aires, a principios de enero de 1858, se designa el 5 de enero al Cnel. Basilio Pinilla para ocupar el puesto, encargándosele también el Comando de los Guardias Nacionales en el departamento. Pinilla recién asume su cargo en abril. Gabriel Pereira, conocía bien el desempeño de Pinilla al frente de la Jefatura Política de Paysandú en 1833, por los elogiosos informes que recibió en esa oportunidad del Receptor de Aduana local, José Catalá y Codina.
Entre tanto se produce la derrota del levantamiento revolucionario, que culmina con la rendición y el posterior fusilamiento de los cabecillas en el Paso de Quinteros, en febrero de 1858.
En el marco de la política fusionista, Pinilla alejado de los enfrentamientos políticos recientes, sin rencores partidistas inmediatos, con un afán conciliatorio y con una visión del futuro de tipo progresista, unido a correctos modales personales, lo que le daría entre los sanduceros el mote de “el porteño”, iniciaría una Administración Pública constructiva, poniendo en marcha múltiples proyectos.
En consideración a una época convulsa en lo político y social, comienza fortaleciendo la vigilancia urbana y rural, ya que tenía a su disposición el comando de la Guardia Nacional en el departamento. Formó batallones de infantería y escuadrones de caballería, bajo la supervisión del Cnel. Clemente Paredes y el Sargento Mayor Pedro Gutiérrez, para la mejora de la seguridad pública ciudadana y la protección de las haciendas y vidas en la campaña, a las que las repetidas revueltas las exponía a desmanes y confiscaciones de ganados por los contingentes enfrentados, que recorrían los campos “abasteciéndose sobre el terreno”. Contó con el apoyo popular de los habitantes de Paysandú, en franco crecimiento poblacional, por un importante aporte inmigratorio, procedente de España, Italia y Francia, estimulado por la inestabilidad política y social interna de esos países, involucrados en contiendas internacionales. También porque el antiguo puerto de las Estancias Jesuíticas, se convierte en el principal de la república sobre el Río Uruguay, con un comercio fluvial de cabotaje, que lo comunicaba con los de Buenos Aires, Concepción del Uruguay y Montevideo y también con puertos ultramarinos, con mercaderías, productos rurales y pasajeros, con un tránsito más seguro y breve, que por los caminos rurales.
La paz que otorgó al país la sangrienta conclusión de la Revolución de los Conservadores, en general “Colorados de la Defensa”, tuvo como consecuencia la elevación de los precios de las tierras y del ganado. También el establecimiento en la población de comercios relacionados al arribo de tropas de ganado, carretas con lanas, cueros, hortalizas, granos, lugares de almacenamiento, hospedajes, tiendas, carpinterías de carros y medios de transporte, herrerías, caleras y hornos de ladrillos. En la zona del puerto se instalaron “carpinterías de ribera”, para reparación y construcción de embarcaciones y balsas (para el cruce de cursos de agua), curtiembres y saladeros. Es decir el período entre 1858 y 1863, fue una época de gran prosperidad y desarrollo comercial para el país y en particular para Paysandú. Ese fue “el tiempo de Pinilla”, como lo definiera Barrios Pintos.
La población de Paysandú (término guaraní: “Paso entre la isla”), no fue establecida de un acto de la administración española, sino que fue en su inicio un establecimiento de los indios guaraníes de la Misión de Yapeyú, en la orilla del Río Uruguay, utilizado como puerto fluvial, para el embarque de cueros vacunos, desde mediados de la década de 1770. La Estancia del Pueblo de Yapeyú (que estaba situado en la margen occidental del Río Uruguay), se extendía por las tierras de la Banda Oriental, hasta el Arroyo Negro (actual límite entre los Departamentos de Paysandú y Río Negro).
En 1805 se erige la Parroquia de San Benito de Palermo. A este origen se debió la construcción de viviendas y galpones en forma irregular. Una de las iniciativas fundamentales de Pinilla, fue la alineación de las calles y de las construcciones, para darle a la villa un trazado regular en damero. La mensura fue realizada por el Agrimensor Adolfo Conring del poblado y su ejido, encargada por la Junta Económica Administrativa, que sirvió de base para el deslinde y delineación de calles, rectificando las tortuosas, allanando zanjones, principalmente en la zona “baja” junto al puerto. Se construyó un muelle en el área portuaria, para el atraque de los navíos, facilitando las maniobras de desembarco y embarque. La planta urbana se extendió, se plantaron arrayanes bordeando las calles, se repararon y se hicieron aceras y alcantarillas. Desde el puerto se trazó una calle, con extensión de unas 40 cuadras, siguiendo el eje de la Real (18 de Julio), que se empedró “en cuña” junto a la Plaza Constitución. Se trazó la alameda que llevaba al cementerio, se instaló alumbrado público con faroles de quinqué (a querosene, en lugar de la combustión de grasa de potro).
También su administración departamental dirigió recursos para reparación de los caminos rurales, fundamentalmente en el “empedrado en cuña” y enlosado de los pasos de los cursos fluviales, con el fin de que fueran transitables por carros y carretas; principalmente el Paso de “las Piedras”, en el Río Queguay, facilitando la comunicación terrestre con Salto. Estas mejoras en la vialidad se realizaban con el aporte por parte de los hacendados de la vecindad y el trabajo de presidiarios y detenidos por contravenciones.
En noviembre de 1858, puso en funciones la Comisión del Censo y Estadísticas, cuyo resultado fue contabilizar una población en la Villa y su ejido de 4038 habitantes y en la campaña 6590 (total 10628). Dos años después, en 1860, la población departamental (que incluía el actual de Río Negro) era de 14.201 personas, de las cuales 5.048 eran extranjeros, más de la tercera parte.
Siguiendo la orientación masónica (pertenecía a la Logia Masónica “Hiram”), fundó en 1858 la “Sociedad de Beneficencia”, orientada hacia la construcción del “Hospital de Caridad”, el primero establecido en el interior del país en la época republicana. Inaugurado el 25 de mayo de 1862.
Para el realce de la Plaza Constitución se plantaron árboles y se encargó a Italia una escultura alegórica de “La Libertad”, en mármol de Carrara, colocada sobre una columna del mismo material y un basamento encargado en Buenos Aires, con leyendas alusivas. Fue inaugurada en enero de 1860, siendo el primer monumento alegórico instalado en el interior del país.
Todas estas iniciativas se costearon con contribuciones locales y fondos provistos por la Administración Departamental y personales de Pinilla.
En 1859 se funda Villa Independencia (actual Fray Bentos), en la que establece una comisaría.
Concluida en 1860 la Presidencia de Gabriel Pereira y electo Bernardo Prudencio Berro para el cargo, del Partido Blanco, se renovó el mandato de Pinilla en la Jefatura de Paysandú. Siguiendo la “Política de Fusión”. Pinilla contrató a la Empresa Constructora Bernardo Poncini y Cía. y a su arquitecto Francisco Poncini (suizo educado en Milán) para los tres proyectos edilicios que impulsó (además de la erección del Monumento a “La Libertad”): el edificio para la Jefatura Política y de Policía, el Juzgado Ordinario y la Cárcel (1860-62). En el frente del edificio, ostentando el Escudo Nacional, sobre un triángulo masónico, se colocaron estatuas de mármol, ejecutadas por el escultor italiano José Livi alegorías de la “Justicia” y la “Fortaleza”, simbolizando las funciones del local. También Livi fue el que talló en un bloque de mármol el brocal del aljibe del patio central del edificio.
El 25 de agosto de 1860 se coloca la piedra fundamental de la Iglesia Parroquial de San Benito y se inician las obras de ese edificio monumental. La Capilla del Cementerio, concluida en 1863, con un Cristo sobre el altar. Otra de sus realizaciones fue la organización de una “Sociedad Filarmónica” y de la Banda de Música de la Compañía Urbana, proporcionándoles instrumentos adquiridos en Río de Janeiro (de los que abonó la mitad del costo) y vestimenta apropiada. Con ella se amenizaban retretas dominicales y actuaban en los actos públicos de las fechas patrióticas.
Se iniciaron las obras del Mercado en 1863, destinado a sufragar los gastos del Hospital de Caridad. En el mismo año se inician las obras del Teatro “Progreso” y por ley se declara Ciudad a Paysandú. En ese momento la población contaba con unos 8.000 habitantes, dos bancos: el Mauá y el Comercial (local); cinco saladeros, que producían tasajo destinado a Buenos Aires, Paraguay y Brasil; un nutrido movimiento portuario de cabotaje y ultramarino de buques a vela y a vapor, con un importante despacho de la Aduana local; numerosas casas comerciales, cafés y talleres que empleaba una numerosa inmigración; tres Viceconsulados instalados de los Reinos de España e Italia y del Imperio Francés.
Era un personaje protagónico de la sociedad sanducera, muy sociable y de “tono paternal”, era “Protector de la Cofradía de San Benito de Palermo” (un santo negro), integrada por afro-descendientes, declarado “Comisario Perpetuo y Protector Vitalicio de las Obras del Hospital”.
Se destacaba su trato personal deferente sin distinciones a pertenencias partidarias, en consonancia con la pauta oficial, pero no social de ese tiempo, derivada de los reiterados enfrentamientos de las “Guerras Civiles”, que tuvieron un enorme número de muertos y secuelas, muy elevado para la exigua población nativa oriental.
Schulkin lo describe como hiperbólico y grandilocuente, con sus paseos a caballo “a trote inglés”. Revistaba las tropas vestidas “de gala”, al son de la banda de música los días festivos. Lo demuestra preocupado por “las cosas del espíritu”, según expresión del propio Pinilla, con especial preocupación por la instrucción pública. Balbis destaca otra faceta de su actuación, su altruismo otorgando préstamos personales para el pago de los presupuestos de la Jefatura, no siempre provistos puntualmente por la Hacienda Estatal Central, lo que se traducía en el abono puntual de los sueldos a su personal. Eso evitaba abusos del personal armado sobre los comerciantes y la población, frente atrasos en los pagos de los haberes.
Formó pareja con María Montenegro, con quien tuvo una hija María, reconocida como “hija natural” y un hijo Luis. Adquirió una estancia en las “Puntas del Arroyo Guaviyú”, explotada en sociedad con Francisco Vázquez. Mostró interés en la introducción de ganados de raza, para el mejoramiento genético de las haciendas ganaderas.
Esta situación de paz y progreso de la república se vio interrumpida por la Revolución de la “Cruzada Libertadora” del Gral. Venancio Flores, iniciada el 19 de abril de 1863. Este movimiento subversivo era apadrinado por el Presidente Argentino Gral. Bartolomé Mitre y vista con simpatía por el desterrado Vicario Mons. Jacinto Vera que había excomulgado a Berro, en octubre de 1862. La disputa oficial con la jerarquía eclesiástica se debió a diferencias por la interpretación del derecho de patronato (presentación de cargos de párrocos).
El Ejército Florista derrotado luego de varios enfrentamientos, se dirige al Norte del Río Negro y sitia y ataca la Ciudad de Paysandú a principios de enero de 1864. Buscaba ocupar su puerto para mantener la provisión de abastecimientos provenientes de Buenos Aires. La defensa fue encarada por el Comandante Militar Cnel. Leandro Gómez y el Jefe de Policía Cnel. Basilio Pinilla. El principal combate se sitúa en el entorno del puerto sanducero, el 8 de enero. Pinilla con 63 años, edad avanzada para la época (promedio de vida inferior a 50 años), combate en las primeras filas a la caballería de Flores y es herido en su antebrazo izquierdo. Flores sin infantería, es derrotado y frente a la proximidad de refuerzos gubernistas se retira hacia el Norte.
En febrero apenas repuesto de la herida de su miembro superior izquierdo, se embarca hacia Montevideo. Llevaba con él un memorándum del Comandante Militar de Paysandú, el Cnel. Gómez con solicitudes de pagos de sueldos atrasados para el personal de tropa, abastecimiento de armas y municiones para equipamiento de la plaza.
El Presidente Berro, concluye su período presidencial, sin haber conseguido doblegar la Revolución Florista. En un entorno internacional amenazante, había concretado un apoyo con el Gobierno Paraguayo del Gral. Francisco Solano López, a través de la diplomacia de su Ministro de Relaciones Exteriores Juan José de Herrera. Le entrega el mando al Presidente del Senado Atanasio Aguirre, el 1ero. de marzo de 1864. Al no poderse realizar elecciones por la guerra civil, se prolongaron los mandatos legislativos. En mayo llega al Puerto de Montevideo la Escuadra Naval Brasileña al mando del Almirante Barón de Tamandaré, con el enviado del Gobierno Imperial el diplomático José Antonio Saravia, portando una lista de reclamaciones al Gobierno de la República Oriental.
La situación política determinada por un lado, por las amenazantes demandas brasileñas y por el otro la revolución florista, motivaron la mediación de los representantes británico, francés, español e italiano, acreditados en Montevideo. El enviado inglés en Buenos Aires Thornton, en unión con el enviado del Gobierno Argentino Rufino Elizalde y Saravia, se entrevistan con Flores en dos ocasiones, no logrando un acuerdo por las desmesuradas exigencias de Flores, que hicieron que el Presidente Aguirre y su Ministro Juan José de Herrera, rechazaran la mediación a principios de julio.
Mientras tanto el Almirante Joaquín Marques Lisboa, Barón de Tamandaré, a bordo de la Fragata “Recife” de la Armada Imperial, fondeada en la desembocadura del Río Santa Lucía, se entrevista con el Gral. Venancio Flores en octubre, reconociéndolo como Comandante en Jefe de la Cruzada Libertadora, prometiéndole el apoyo militar del Imperio para conquistar el Gobierno de la República Oriental, a cambio de su apoyo en un eventual conflicto con el Gobierno del Paraguay.
En medio de esa particular coyuntura local e internacional, Pinilla en Montevideo, interiorizado de la difícil situación del Gobierno Nacional, buscó de la asediada Administración recursos monetarios y militares. Logró el apoyo gubernamental oriental, otorgándole recursos pecuniarios, armamento y municiones, con los que se embarca hacia su ciudad. Cuando retorna a Paysandú a mediados de julio, ya tenía cabal idea de la situación ominosa que se desencadenaría. Thornton le había precisado al representante diplomático del Imperio Francés en Montevideo, Maillefer: “Se forzará al Gobierno Oriental mediante una intervención armada de la República Argentina y del Imperio del Brasil”.
La flota brasileña aisló a las guarniciones de las plazas del litoral, Salto y Paysandú, de toda comunicación fluvial con Montevideo.
En Paysandú, Pinilla, como Jefe Político, con el Cnel. Leandro Gómez y el Comandante de la Guardia Nacional Federico Aberastury, organizan el atrincheramiento del centro del casco urbano para su defensa, se reorganizaron las tropas. Leandro Gómez es ascendido a General y se le otorga el Comando de las fuerzas militares de la República al Norte del Río Negro.
En agosto de 1863 el Presidente Berro levanta la orden de destierro del Vicario Apostólico Mons. Jacinto Vera, que retorna a su sede.
Mientras habían existido negociaciones se observó una tregua, pero al suspenderse las tratativas por ser inaceptables para las partes enfrentadas, Flores reinicia las operaciones en agosto, asaltando la Villa de Florida, haciendo fusilar después de tomada la población, al Comandante de la guarnición, el Mayor Jacinto Párraga y a sus oficiales. El vapor oriental armado “Villa del Salto”, es cañoneado por las cañoneras brasileñas cuando llevaba refuerzos a la población de Mercedes, que es tomada por Flores. Esto ocasiona la ruptura de las relaciones con el Imperio del Brasil, el 29 de agosto. El 7 de septiembre el mismo vapor se enfrenta a tres cañoneras brasileñas, pero logra fondear en el muelle de Paysandú, desembarcando el material de guerra que llevaba y su único cañón. Es incendiado por orden de Gómez, para que no fuera apresado por los brasileños.
En septiembre invade el territorio nacional el Ejército Brasileño al mando del General Mena Barreto, ocupando Melo y en noviembre se inician las operaciones militares de la República del Paraguay contra el Imperio del Brasil. Francisco Solano López confiaba en el apoyo expresado por Justo José de Urquiza Gobernador de Entre Ríos. Se inicia la “Guerra del Paraguay”.
En esa situación militar extrema Pinilla experimentó un deterioro progresivo de su salud y estando postrado en cama, realizó su testamento el 3 de noviembre. Falleció el 11 de noviembre de 1864, a los 64 años de edad. Su fallecimiento enlutó a la ciudad sanducera, atemorizada además por las noticias que llegaban. Todo el comercio cerró sus puertas, según Schulkin: “parecía un Viernes Santo”. Fue enterrado en el Cementerio al lado de la Capilla que hiciera erigir.
No se enteró que la ayuda que esperaba Paysandú (y los Presidentes Francisco Solano López y Atanasio Aguirre) del Gobernador de Entre Ríos Gral. Justo José de Urquiza, fue abortada al comprarle el Gral. Brasileño Manuel Osorio (Riograndense, luego Marqués de Erval) por 390.000 patacones, 30.000 caballos, a 13 patacones por cabeza, cifra inusitada, para la caballería brasileña que combatiría en Yatay y Uruguayana al Ejército Paraguayo que fue enviado en auxilio de la República Oriental. Esto por otra parte dejó desmontada su caballería. Le costó la vida, fue asesinado en 1870, a poco más de un mes de concluida la Guerra del Paraguay (1865-1870), que él debió impedir.
La ciudad de Paysandú que la labor administrativa de Pinilla fue trascendente para su progreso, es destruida en el sitio que establecieron por tierra las fuerzas del Gral. Venancio Flores y el Gral. Juan Propicio Mena Barreto y desde el río, la flotilla de seis cañoneras del Almirante Tamandaré, desde el 2 de diciembre de 1864 al 2 de enero de 1865. Bombardeada por la artillería naval y de campo, abastecida en municiones por el Arsenal de Buenos Aires, facilitadas por el Presidente Gral. Bartolomé Mitre, a la flota imperial, la ciudad es machacada por los proyectiles. Son demolidas las torres, la nave y la fachada de la iglesia parroquial en construcción (donde ondeaba el Pabellón Nacional, siendo el edificio más elevado), el frente de la Jefatura Política fue acribillado, el hospital fue convertido en un local atiborrado de heridos y mutilados y la estatua de “La Libertad”, de la que se enorgulleciera Pinilla, voló en pedazos alcanzada por un proyectil. Sus defensores diezmados por los combates, fueron masacrados luego de la toma de la plaza y Leandro Gómez y sus oficiales sobrevivientes fueron fusilados.
Este año se cumplen 160 años de la muerte del Cnel. Basilio Antonio Pinilla. Un hombre que supo constituirse en un actor catalizador de las necesidades y expectativas de una población, en un lapso de paz social y de crecimiento demográfico, con una visión urbanística destacada para su época.
En Maldonado a 224 años de su nacimiento, se desconoce su existencia y periplo. Se conserva parte del Cuartel de Dragones en el que sirvió su padre Antonio como Sargento de Blandengues, entre 1797 y 1805. En su capilla se conserva la pila bautismal donde fue bautizado. También se conserva la partida de bautismo en el libro correspondiente en la Iglesia Parroquial de San Fernando (hoy Catedral).
En Paysandú existe una calle con su nombre en la zona portuaria, el edificio de la Jefatura, Monumento Histórico Nacional, con su fachada reconstruida, lleva su nombre. El Teatro Progreso, concluido, se denomina Florencio Sánchez. El antiguo Hospital de Caridad, que existió hasta principios del S. XX, está convertido en la sede de la UTU. La Iglesia Parroquial de San Benito reconstruida, es la Basílica de Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo, es Monumento Histórico Nacional. El Mercado es ahora el Mercado Municipal, El Cementerio Central y su Capilla, lugar de su tumba, son ahora Monumento a la Perpetuidad. Es decir que aún está presente en sus obras.
De lo que existen sólo fragmentos es la estatua de mármol de Carrara, alegórica de “La Libertad”, importada de Italia. De estas obras hechas en serie, probablemente solicitada por catálogo, deben existir ejemplares similares. Puede ser posible rescatarla reproduciéndola en 3D, en material apropiado. Reinstalarla en la Plaza Constitución de Paysandú, sería un digno homenaje a este fernandino-porteño-sanducero y a su “Heroica Ciudad”.
Dr. Mario Scasso Burghi
Consultante: Genealogista María Felicia Sanguinetti Sosa.
Agradecimientos al Cnel. Antonio Olano y al Cnel. Bravo del Departamento de Estudios Históricos del Ejército.
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Dr. Mario Scasso Burghi
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