La familia De Murga en Maldonado

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El Chalet de la familia Morales Álvarez llevaría el nombre de “El Cántaro Fresco” (lado derecho de la foto) y el de la familia De Murga Álvarez el nombre de “La Rosa de los Vientos” (lado izquierdo de la foto), en calle 8 esquina 11 de Punta del Este,inaugurados en 1939.




La historia se remonta al año 1834, cuando fallece don José María De Murga y La Barrera, sus hijos mayores, José y Florentino De Murga y Zaldúa deciden abandonar la casa familiar de Amurrio, en Álava, España, para buscar mejor suerte en Cuba.

Parten en el bergantín “Salvador” desde la ría de Bilbao en junio de ese año y arriban a La Habana en el mes de agosto del mismo año. Se establecen en La Habana y comienzan a trabajar en una empresa que exporta tabaco en rama hacia Europa.

En 1836 el propietario de la empresa Don Alfredo Muñoz, convierte a los hermanos De Murga en socios de la misma, participándoles en la sociedad tabacalera. En 1838 tras el fallecimiento del señor Muñoz, José De Murga asume la dirección del prospero negocio.

En 1840 Florentino decide no continuar trabajando con su hermano y viaja a Argentina.

No está documentado el arribo de Florentino de Murga a Uruguay, pero si sabemos que se establece en las proximidades de San Carlos en 1841, comprando un establecimiento rural en el paraje “Partido Norte” en las cercanías de San Carlos, comenzando la cría de vacunos.

En 1843 contrae matrimonio con Jacinta De Martini, la hija mayor de un conocido comerciante de San Carlos.

Escudo de armas de la familia De Murga: en campo de oro, cinco panelas de sinople colocadas en sotuer, bordura de gules con trece estrellas de oro.
Escudo de Armas de la familia De Murga.
La Torre de Murga, casa familiar en Amurrio, Álava, España.
La torre de Murga, del siglo XIII, es una construcción imponente rodeada por dos palacios de los siglos XV y XVI.

En 1873 nace en San Carlos Felipe De Murga de Martini, (mi abuelo paterno).

En 1865 Don Eleuterio Álvarez y su esposa Doña Carmen Díaz se establecen en el paraje Las Cañas, con un emprendimiento ganadero.

La familia Álvarez Díaz se torna numerosa, entre los años 1869 y 1888 nacen 9 hijos: Pablo (1869), Zoilo (1870), Eugenio (1871), María (1874), Manuel (1876), Luisa (1877), Ramona (1879) nacen en Las Cañas.

En 1880 construyen una casona en el paraje “Corte de la Leña” pues la familia necesita más comodidades, pasando a residir en dicho paraje desde 1885, y allí nacen Braulio (1886) y Tomás (1888).

Los hermanos mayores, Pablo, Zoilo y Eugenio continúan con la actividad ganadera iniciada por su padre, Manuel instala un almacén de ramos generales en el propio Corte de la Leña, mientras que María y Luisa se dedican a educar junto con su madre Carmen a los hermanos mas pequeños, pues allí no había escuela.

La vida transcurre en el paraje rural con rutinas propias de la época y el único nexo cultural cercano era el pueblo de San Carlos, a donde llegar en charré tomaba no menos de 4 horas de viaje.

Las hermanas María y Ramona anhelan estudiar magisterio, dada la falta de escuelas en la zona, y en 1898 se inscriben en el Instituto de Educación Primaria de Montevideo para rendir la serie de exámenes que las convertiría en maestras. Son frecuentes los viajes a Montevideo de las hermanas, entre los años 1899 y 1904 para asistir a los cursos y rendir los exámenes.

Salir desde el Corte de la Leña a San Carlos, pernoctar allí en casa de su hermano Pablo, y al día siguiente salir muy temprano en la diligencia de Don Estanislao Tassano hacia la estación La Sierra, para alcanzar el tren que venia desde Rocha hacia Montevideo justo a las 12:00 del mediodía.

Varias veces, relataba mi abuela Ramona, desde la diligencia, atrasada por inclemencias del tiempo o condiciones del propio camino, veían el humo oscuro del tren que puntual había partido desde la estación de La Sierra hacia la capital, debiendo de alojarse hasta el otro día en una muy pobre pensión contigua a la estación de La Sierra, un establecimiento muy precario y sin demasiadas comodidades, a esperar el tren del día siguiente.

En ese periodo la enseñanza en Uruguay sufre diversos cambios, marcados y especialmente agravados por la crisis de la Dirección General de Instrucción Publica, que ya en 1882 había dado lugar a la creación del Instituto de Educación Primaria. Dicho instituto se denominó luego Instituto de Enseñanza Primaria y Normal, donde los maestros se preparaban y se diplomaban, marcando un breve pero marcado período de evolución y transformaciones que culmina en 1903 con la asunción del novel gobierno liderado por José Batlle y Ordoñez.

El mandatario impulsaba cambios en la educación para combatir de forma eficaz el analfabetismo, creando cursos para la educación de adultos, la educación de los niños en el medio rural con la creación de escuelas en todo el país y promoviendo además de la escolaridad, la educación física en el ámbito escolar.

Es en esas circunstancias que María Álvarez Díaz, 5 años mayor que mi abuela Ramona, conoce en Montevideo al Maestro José María Morales, quien es destinado a una escuela del departamento de San José de Mayo.

En 1905 y restándole menos de un año para recibir su diploma de maestra, María contrae matrimonio con José María Morales y se va a vivir a San José de Mayo.

En 1906 mi abuela, Ramona Álvarez Díaz se diploma de maestra recibiendo su titulo de manos del Profesor Alfredo Vázquez Acevedo, director del Instituto de Enseñanza Primaria y Normal.

Durante una visita estival de ese año a su hermana María en San José, Ramona conoce a una joven sobrina de José María, llamada Juana Fernández Morales de tan solo 14 años, pero con un talento único para la poesía.

Sus versos y poemas, sencillos pero muy juveniles y frescos eran simplemente maravillosos y fascinaban a quienes los leyeran.

Ramona aconsejó a la joven Juana seguir escribiendo, leer y profundizar en los grandes escritores, pues ese talento era más que destacable.

Pasan varios meses en que la joven maestra espera en su casa del Corte de la Leña correspondencia del Instituto de Enseñanza Primaria sobre la solicitud que ella misma presentara para que se creara una escuela en aquel paraje, de la cual ella sería la maestra.

A mediados de 1907 aun no hay respuesta del gobierno para la tan ansiada escuela rural, y la joven maestra se impacienta mas cada día.

A finales de ese año, su padre muy preocupado por la angustia de su joven hija maestra que no obtiene respuesta alguna del gobierno, decide junto a sus hijos Pablo, Zoilo y Manuel construir una escuela para que su hija Ramona, que con tanto sacrificio lograra su diploma, pueda dictar clases.

En 1908 al costado de la casa de la familia Álvarez Díaz, la construcción empieza y los vecinos se alegran al conocer la noticia, ¡Don Eleuterio va a construir la ansiada escuela!

La noticia ya se conoce en toda la comarca, los vecinos desean contribuir con algo, los más pudientes colaboran con ladrillos, otros con tirantes de eucaliptus, los mas humildes cortan la paja para el techo quinchado, y desde San José, Don José María envía una linda campana de bronce que se coloca en la cumbrera del techo para llamar a clase.

En mayo de 1909 ya funciona la escuelita con 14 alumnos, la maestra imparte clases de acuerdo a los programas específicos y de acorde a las necesidades del medio, fundamentales para la educación de los niños y con un enfoque hacia las tareas de la vida rural.

Hay niños y niñas, de 6 años, de 7, de 9 y de 12 años todos en una única aula, pero todos con tareas acordes a su edad, que la maestra supervisa y atiende en todo momento.

En 1914 la maestra Ramona es conocida en toda la comarca y su escuela tiene 28 alumnos.

Las características del aula multigrado exigen una labor dedicada del maestro para que los alumnos desarrollen el potencial necesario para el aprendizaje.

Una escuela en el medio rural incide y magnifica la importancia de ésta en el ámbito social de la comunidad, actuando como centro de confluencia, pues convergen allí niños y padres, conformando un núcleo social con intereses comunes.

Fue así que en 1915 la escuelita del Corte de la Leña recibió la primera inspección de las autoridades departamentales del Consejo de Enseñanza Primaria, a pesar de que no era una escuela oficial.

La Inspección Departamental de Enseñanza Primaria recomienda y solicita a finales de 1915 la creación de la escuela rural Numero 63 para paraje El Corte de la Leña. En ese año José María Morales es nombrado Inspector departamental de San José.

En 1916 se comienza por parte del Consejo de Enseñanza Primaria la construcción de un local que será destinado al centro escolar, en un terreno distante 500 metros de la casona de la familia Álvarez Díaz, cercano a la comisaria del Corte de la Leña.

En 1917 comienza a funcionar la escuela No. 63 con 30 alumnos aproximadamente en su nuevo local, pero curiosamente la maestra designada a la misma no es la maestra Ramona. Su decepción es muy grande pero en ese mismo periodo, el Consejo de Enseñanza Primaria notifica a la maestra Ramona Álvarez Díaz el otorgamiento de una beca en Montevideo para el curso de Maestra de 2do. Grado, por lo que se traslada a la capital del país por varios meses.

Concluido este curso y ya como maestra de 2do Grado le nombran oficialmente al cargo de Maestra Directora de la Escuela Numero 5 de 2do Grado de Punta del Este. Por aquel entonces, las escuelas se catalogaban en primer grado y segundo grado, las primeras dictaban clases solo hasta el 4to año, mientras que las de 2do grado incluían 5to y 6to año.

En 1918 se afinca en Punta Del Este y comienza su actividad docente de forma oficial, luego de casi 10 años de labor voluntaria en su escuelita del Corte de la Leña.

En 1928 contrae matrimonio con Felipe De Murga De Martini, Jefe Político del “Partido Norte”, un vasto territorio comprendido entre los pueblos de San Carlos, Aiguá y Garzón.

Juana Fernández Morales es una de las invitadas a la celebración en la casona del Corte de la Leña, la familia Álvarez Díaz en pleno junto a muchos de sus discípulos, jóvenes ya establecidos en la zona, festejan el matrimonio de la “maestra Ramona” como se le conocía en la comarca.

El 25 de octubre de 1929 nace mi padre Américo (Meco) De Murga Álvarez.

En 1932 fallece en San Carlos mi abuelo paterno Felipe De Murga De Martini.

Paralelamente en ese año Don José María Morales es nombrado inspector Regional de Educación Primaria y fijan su residencia en Montevideo, junto a su esposa María, y a sus hijos: Esther, Ema y Modesto Eleuterio.

Juana Fernández Morales ya casada con el capitán Lucas Ibarbourou y con varios libros publicados, les visitaba en Montevideo y sus visitas eran siempre motivo de celebración.

Al proclamarla Juana de América en el palacio Legislativo, en la ceremonia que fue presidida por el escritor Juan Zorrilla de San Martin en 1929, toda la familia Morales Álvarez estuvo presente.

En 1936, las hermanas Ramona y María Álvarez compran dos terrenos (padrones contiguos) en Punta del Este, en la Calle 8 esquina 11, a pocos metros del local donde funcionaba la escuela de la que era maestra directora, frente a la plazoleta “Aramis Ramos”.

Allí se construyen dos chalets que se inauguran el 28 de noviembre de 1939 con la presencia de la ya famosa escritora Juana De Ibarbourou.

La familia Morales venía solo en las temporadas estivales, mientras que mi abuela y mi padre residían en forma permanente.

En 1940 la “maestra Ramona” se jubila de su querida Escuela, con el reconocimiento de muchos habitantes de Punta del Este, que recibieron educación y formación escolar bajo su supervisión.

En el año 1942 asiste a la inauguración del nuevo edificio de la Escuela No. 5 de 2do. Grado, Alejandro y Samuel Lafone, sobre la avenida Gorlero y calle 23.

Ya jubilada, visita regularmente a su hermana María en Montevideo, en su casa de la calle Daniel Muñoz 2291, durante las temporadas invernales. Las sobrinas Esther y Ema Morales formaron una muy interesante colección de caracoles que recogían de las playas de Punta del Este, y que intercambiaban por correo postal con otros coleccionistas, logrando una colección de caracoles de todas partes del mundo.

Modesto, el hijo menor, fue funcionario de la Caja Nacional de Ahorro Postal, cuando en 1944 fallece su padre José María Morales.

En octubre de 1969, con motivo de cumplir sus 90 años de edad, La Junta Departamental de Maldonado y la Junta Local de Punta del Este organizan un homenaje a la “maestra Ramona” en su domicilio de Punta del Este.

Muchos de sus discípulos y también vecinos visitaron a su maestra con motivo de sus 90 años entre los que yo recuerdo, estaban los hermanos Francisco y Evaristo Salazar, el Sr. Manuel Odizzio, los hermanos Lauro, Umberto y Tito Pereira, el Sr. Bartolomé Ferragut, el Profesor Beracochea, la Sra. Angelie Lafferanderie, la Sra. Águeda Rapetti, Don Joaquín Alonsoperez y su esposa, Los hermanos Bebe y Nene Míguez con sus respectivas esposas, las maestras Blanca Cajiga, Nancy Sola de Cairo e Ivonne Montañez de Burgueño, todas ellas de la Escuela 5 de Punta del Este. También se hizo presente la maestra directora de la escuela, Sra. Blanca Ferrúa de Castro. El escribano Francisco Mesa y su esposa además de varios vecinos de una Punta que era muy familiar, se acercaron a saludar a la maestra de Punta del Este ese día.

La maestra Ivonne Montañez de Burgueño escribió para el Periódico de la Escuela 5 “El Borroncito” del mes de octubre de 1969:

Organizado por la Junta Departamental de Maldonado y la Junta Local de Punta del Este, asistimos hoy, 16 de octubre de 1969 en representación de nuestra escuela al justo y merecido homenaje que se le tributara en su domicilio a la educacionista Sra. Ramona Álvarez de De Murga.

En su chalet “Rosa de los Vientos” que ella eligiera para el transcurrir de sus años de merecido descanso donde el rumor del mar, y el perfume del salitre le reviven recuerdos de su ejercicio como maestra y directora de la Escuela No. 5 se hicieron presentes hora tras hora representantes de las distintas promociones que tuvieron el orgullo de recibir sus sabias enseñanzas.

Allí, en ese rincón de la Península recibió los besos y las flores de escolares del presente. Las clases de 3ros. A y B concurrieron en representación de la escuela con un hermoso ramo de flores.

Una medalla con el símbolo magisterial de la abeja le fue entregada por el Sr. Vicente Fígoli, presidente de la Junta Departamental de Maldonado.

La maestra Angelie Laferranderie de Caraballo le entrego el libro “Senda y Retorno de Maldonado” con la dedicatoria de su autor, el profesor Francisco Mazzoni, para que a través de sus manos pasara a integrar la biblioteca de la Escuela 5 de Punta del Este.

El final del homenaje estuvo a cargo de la poetiza María Amalia Pérez, quien dedico un hermoso poema a la “maestra Ramona” en sus joviales 90 años.

La maestra Ramona vivió rodeada el cariño de quienes le conocieron, dedicándose a lo que mas le gustaba, la jardinería, las manualidades y la lectura.

La familia Morales Álvarez continuó visitando Punta del Este hasta 1974, fecha en que mi padre adquiere esa propiedad a su primo, Modesto Morales quien a esa fecha era el único heredero.

En el mes de agosto de 1976 fallece en su casa de Punta del Este mi abuela paterna, Ramona Álvarez de De Murga.

Mi tío Modesto obsequio la valiosa colección de caracoles de sus hermanas ya fallecidas al Museo de Historia Natural de Uruguay en 1992.

En 1995 tras su fallecimiento, y por voluntad testamentaria, la propiedad de la familia Morales Álvarez fue donada a las aldeas SOS de Uruguay.

Al presente en la calle Daniel Muñoz 2291 de Montevideo, se levanta un edificio residencial para adolescentes de las aldeas SOS de Uruguay.



Lo expuesto en este documento, es copia de lo redactado por mi, Gonzalo De Murga, en el año 1974 para la clase de Filosofía, dictada por el profesor Dolcey Zacarón del Liceo Departamental de Maldonado. El trabajo consistía en entrevistar y posteriormente redactar un resumen sobre una personalidad que fuese especial e interesante, resaltando los aspectos sobresalientes de su vida presentara. En mi caso elegí a mi abuela paterna por considerar que había dedicado muchos años de su vida a educar de manera honoraria a niños que carecían de escuela primaria.

Durante el homenaje que le realizara la Junta Departamental en 1969, al cumplir sus 90 años, fui testigo del entrañable cariño que después de tantos años, esas personas sentían por su maestra, que había dedicado tiempo y voluntad para ofrecerles la educación que modelaría la personalidad de cada uno, relatos en que la espontaneidad de aquellas personas daba paso a la profunda emoción con que acompañaban cada anécdota.

Algunas fechas son difíciles de precisar ya que en la memoria de la “maestra Ramona” no estaba plenamente segura de que los años citados fueran esos precisamente. Tampoco he podido comprobar yo la fecha de la fundación de la Escuela Rural No.63 de El Corte de la Leña.

Espero que este testimonio permita apreciar el nexo entre mi abuela paterna Ramona Álvarez de De Murga y la escritora uruguaya Juana De Ibarbourou, así como el origen de la correspondencia familiar de la escritora con mi abuela, su hermana y sobrinos.




Gonzalo De Murga

gdemurga@hotmail.com









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