Muriel, el yacht más grande de Argentina

De Banco de Historias Locales - BHL
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El Muriel navegando a vela con su último aparejo.
Perfil y plano de velamen original de la goleta Muriel.


Publicado en la Revista Yachting Argentino, Tomo VI, 1945


Hace pocos meses la revista "Yachting World" de Inglaterra, se ha ocupado en un interesante artículo de nuestro viejo "Muriel" historiando sus primeros años de vida.

Hemos aprovechado estos datos desconocidos para la mayoría de nuestros lectores y los que nos ha suministrado el Sr. José Antonio Aguirre, su propietario desde 1925 hasta 1931, para bosquejar su vida hasta nuestros días.

El "Muriel" fué construido en Bombay (India) en 1906-7 para el Sr. C.I. R. Scovell, ingeniero jefe de los ferrocarriles de la India y Comodoro del Royal Yacht Club de Bombay.

Los planos fueron dibujados por el famoso arguitecto inglés Fiffe y en su diseño se tuvieron en cuenta varias ideas del propietario.

Colocaron la guilla del barco en Mazagón en los astilleros de Doolabdass Ruttonji de vieja familia de constructores navales y en 1907 cuando se botó era el yacht más grande construido en Bombay, con sus 113 toneladas.

Mereció el "Muriel" la más alta clasificación del Lloyd, como lo justifica su perfecto estado de conservación a través de 37 años de vida. Han contribuido a ésto, las virtudes de la madera de teka, empleada en el forro y otras partes importantes del barco.


CARACTERISTICAS:

Eslora total: 30,50 m

Eslora en flotación: 19,62 m

Manga: 5,41 m

Calado: 3,00 m

Dos motores de 70 H. P. cada uno


La rueda del timón y bitácora de la goleta Muriel.
Vista de la cubierta de Muriel.
El Muriel fondeado en aguas de escocia.


Mr. Scovell realizó con su barco un largo crucero a Inglaterra en 1909, en compañía de varios amigos y de una tripulación de "lascars", marineros hindúes, muy hábiles en su oficio. Después de un crucero de 82 días a través del Océano Indico, Mar Rojo, Mediterráneo y Océano Atlántico, llegó a Southwick, Sussex. En este crucero, sus dos motores ayudaron funcionando más de la mitad del viaje.

Poco tiempo después de su llegada a Inglaterra, el barco fue vendido y su tripulación regresó en vapor a la India. Entonces Mr. Scovell compró el yacht a vapor "Charlotte" de 160 toneladas y al realizar un crucero de Hamburgo a Inglaterra, durante un mal tiempo, un bandazo arrojó al propietario al agua pereciendo ahogado.

Después de pasar por varias manos, entre otras las de Mr. J. E. Jewell de Birchington, es adquirido por nuestro yachtsman Don Guillermo Udaondo, quien lo hizo venir a Buenos Aires donde fue bautizado con el nombre de "Pampero". La idea del Sr. Udaondo era la de realizar viajes de placer a los Canales Fueguinos; pero al realizar con su familia uno de los primeros cruceros a San Clemente, el mareo provocado por su característico movimiento, obligó a desistir del proyecto.

En 1925 el "Muriel" es adquirido por Don José Antonio Aguirre, quién fue, entre nosotros, el que más lo navegó, realizando entre otros, varios cruceros a Mar del Plata.

Recuerda Aguirre muchas anécdotas, trágicas algunas y risueñas otras. De las primeras nos cuenta la horrible muerte de un operario que murió quemado por el imprudente descuido de acercar un soplete de soldador a un caño de nafta. Otra vez en navegación a Mar del Plata, se declaró un incendio en la sala de máquinas que provocó el consiguiente pánico a bordo, apareciendo por una de las escotillas el "Gallego" Pando, quien, requerido por Aguirre que corría afanoso por la cubierta con un balde de agua, respondió esta frase, digna de ser glosada por Calma Chicha: "discúlpeme, Ñato, yo no sirvo para estas cosas, yo soy Escribano". Los ojos de buey de proa, que permanecieron abiertos por olvido durante una noche de mal tiempo, provocaron otra vez la inundación de la sentina. Su botavara de mayor de 17 metros de largo, fue siempre motivo de serias preocupaciones, partiéndose varias veces.

En 1931 el "Muriel" fué comprado por el Sr. José Carlos Sabaté con el propósito de realizar un crucero a Chile. Por fallecimiento del propietario el crucero no se llevó a cabo y el barco pasó a poder del Sr. Alfredo Cernadas en 1932, quién realizó entre otros, un crucero hasta Porto Alegre. Durante una recalada en Punta del Este, mientras realizaba un crucero, la tripulación se amotinó por fútiles motivos, regresando a su fondeadero en la Dársena Norte, donde los insubordinados fueron despedidos.

El Sr. Cernadas, de acuerdo con los planos que le fueron requeridos al arquitecto Fiffe, modificó el aparejo del barco, colocando un nuevo palo, el trinquete, que simplificó la maniobra.

Finalmente en 1941 el barco fue adquirido por Don José Milanese, quien lo ha utilizado en Mar del Plata para la pesca deportiva del tiburón, de la que es un cultor destacado.








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