Bonet Castellana, Antonio
¿Porqué pelearse con el ambiente si te podés integrar a él y aprovechar sus aportes? Bonet fue uno de los emigrados catalanes, nos trajo de regalo el racionalismo arquitectónico.
Punta Ballena 1947, el impacto de Bonet - por Alberto Moroy
Lo que están viendo en la portada se parece a Solanas en Punta Ballena pero no lo es. Se trata de una villa (La Ricarda 1950) situada en un paraje natural en pleno Delta del Llobregat, en la localidad de El Prat de Llobregat, un municipio que se encuentra en la comarca del Bajo Llobregat en la provincia de Barcelona. Su autor es Antonio Bonet Castellana, el mismo que dejo su impronta racionalista en Solanas (Punta Ballena Maldonado).
El racionalismo, también llamado Estilo internacional o Movimiento moderno, fue un estilo arquitectónico que se desarrolló en todo el mundo entre 1925 y 1965, aproximadamente. Está considerado como la principal tendencia arquitectónica de la primera mitad del siglo XX. De líneas sencillas y funcionales, basadas en formas geométricas simples y materiales de topo industrial (acero, hormigón, vidrio), renunciando a la ornamentación excesiva y dándole importancia al diseño.
Bonet se graduó en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona en 1936. Desde 1932 había trabajado en el estudio de Josep Lluís Sert y Josep Torres Clavé. Fue miembro como ellos del GATEPAC (Grupo de artistas y técnicos catalanes para el progreso de la arquitectura contemporánea), grupo de vanguardia arquitectónica. Su pensamiento fue influido fuertemente por “La carta de Atenas”, resultante del IV CIAM al que había asistido en 1933, donde se contactó con los principales miembros (Van Eestern, Aalto, Terragni, Le Corbusier).
Alguno de los manifiestos de la Carta de Atenas
- Que los barrios ocupen vivienda en lo sucesivo, en el Espacio Urbano, en los mejores emplazamientos, aprovechando la topografía, tomando en cuenta el clima, la luz solar y áreas Verdes las que sean posibles.
- La Elección de las Zonas de Vivienda venga dictada por razones higiénicas……
- Que se impongan densidades razonables, según las formas de vivienda impuestas por la naturaleza misma del terreno.
- Debe prohibirse la alineación de las viviendas a lo largo de las vías de comunicación.
- Que se tomen en cuenta los recursos de la técnica moderna para levantar construcciones altas y que, construidas a gran distancia unas de otras, liberen el suelo en favor de grandes áreas verdes”.
Conferencia sobre el planeamiento urbanístico en la obra de Antoni Bonet Castellana.
La Ricarda
En Punta Ballena
Una vez concluidos sus estudios, trabajó en el estudio de Le Corbusier en París. Allí conoció a Juan Kurchan y a Jorge Ferrari Hardoy, ambos argentinos, con quienes formó a su llegada a Argentina en 1937, el Grupo Austral (1937-1941) donde relazó innumerables proyectos Un grupo de inversores argentinos le encarga el proyecto de urbanización de Punta Ballena, en unos terrenos pertenecientes al empresario naviero Antonio Lussich. Una vez adquiridas las1.400 hectáreas, en la que abundaban rocas, arenas y bañados, Bonet construye el “Hotel La Solana del Mar”, aprovechando, la existencia de una duna natural, tal como explica el propio Bonet…….
«Me encontré con una duna existente entre el mar y el bosque y se me ocurrió utilizarla como elemento básico del proyecto. Le adosé una gran losa de hormigón que aunque arquitectónicamente es única, va dando dos niveles distintos debido a la fuerte pendiente del terreno. Interiormente quedaron definidos tres niveles ya que, caminando por la duna, se accede hasta el techo ajardinado donde se emplazó un sitio de juegos, una pista de baile y tabiques para contener el viento. Aproveché los tabiques para crear un efecto contradictorio con el racionalismo muy puro de aquel entonces. En el frente se puede apreciar muy bien como contrasta la plasticidad libre de sus curvas con la gran fuerza de la línea horizontal de la losa y el inmenso mástil de iluminación”
Allí se instaló en 1945, en una pequeña casa sin luz eléctrica, ni agua corriente, con techo de chapa tipo rancho, del otro lado de lnterbalneria, a mitad de camino de la casa Lusich (Museo) y la ruta inter-balnearia, propiedad de los Lusich.
Testimonial “el rancho donde vivia Bonet”
En 1964 estábamos parando en la casa de Fernando Lussich (tío de otro amigo). Le decían «Fernandito», pese a que ya andaba por los 40 años. Era un personaje de aquellos; la barba le llegaba hasta la cintura, el pelo un poco menos, vestía siempre de carpintero blanco y botas. Además tocaba el violín, su saludo era siempre «bendito Dios o tata Dios». Llevaba siempre un diario para sentarse en los taxis porque decía que así evitaba un contagio. Creo recordar que tampoco daba la mano por el mismo motivo, sin duda una fobia. Paramos un par de días en su casa rancho, arriba, entre la ruta interbanearia y el camino Lussich. Tenia techo de chapa y la rodeaban una cuantas hectáreas (40) apuntado hacia Maldonado. Adentro parecía una tapera, pero con muebles de calidad aunque ruinosos, alrededor no vivia nadie. Cerca quedaba la casa de Lussich, bastante abandonada por ese entonces. La madre de mi amigo que también se apellidaba Lussich de segundo apellido, era nieta de Antonio; pasaba las vacaciones de niña en esa casa. Recuerdo haber recorrido el arboreto, atravesando una portera cerrada con candado, por un sendero casi tapado de vegetación, (probablemente como el de la foto de abajo pero al natural). Adentro algunos árboles como alcornoques (corcho) o pinos chinos, llamaban la atención. Siempre me quedo la duda si la casa que dicen habitó el arquitecto catalán Antonio Bonet no sería esta, porque en su biografía dice «En 1945 se instala en una casita sin luz eléctrica ni agua corriente al pie del arboretum.»
Desde ahí proyectó la edificación de varias casas, como la Cuatrecasas, la Booth, la casa Berlingieri en Portezuelo, o Solana del Mar, convertido en el Hotel “La Solana" y otras.
Bonet introdujo elementos de la arquitectura más actual en la “Banda Oriental”, como ya había hecho en Buenos Aires: adoptaba la transparencia de los planos de vidrio extensos, en sustitución de ventanas rasgadas o recortadas en las “cajas blancas” de los años veinte. Asimismo, ponía el acento en las fachadas, aislando la “carpintería” estructural mediante las diferentes superficies presentes en las composiciones, a veces pulidas, a veces con texturas rugosas identificadas con el primitivismo; entre otros elementos propios de la vanguardia arquitectónica de los años treinta Fue además el diseñador de la “Capilla de Soca” Departamento de Canelones, Uruguay y del Banco del Plata (Zabala 1427, 11000 Montevideo).
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