Diferencia entre revisiones de «Mancebo - Decaux»

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En la foto se encuentran: Emilio Sader y Milton Mancebo (mi hermano) arriba de todo a la derecha. Al centro, muy engominado, yo, a mi derecha Nelson Martínez, a mi izquierda el Rubio Sader, a su lado Pocho Bellini. Delante mío, el flaco De León, y a la izquierda, casi separado el grupo, Núñez, el caramelero del cine Ocean. Al momento no identifico a los demás alulmnos.
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En la foto se encuentran: Emilio Sader y Milton Mancebo (mi hermano) arriba de todo a la derecha. Al centro, muy engominado, yo, a mi derecha Nelson Martínez, a mi izquierda el Rubio Sader, a su lado Pocho Bellini. Delante mío, el flaco De León, y a la izquierda, casi separado el grupo, Núñez, el caramelero del cine Ocean. Al momento no identifico a los demás alumnos.
  
  
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'''Iniciación a la Numismática'''
  
  
  
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Me tenía mucha simpatía el Gerente del Banco República de Punta del Este, Don Raúl Acosta, y en una excursión que hizo a Rocha me llevó para que conociera la Coronilla y el Chuy. En este lugar había un comerciante del lado brasilero muy carismático, llamado Samuel, que invitaba a los clientes con una copa de caña brasilera (copa que siempre era la misma, enjuagada en una palangana con agua).
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Le pregunté por monedas viejas brasileras y me regaló una lata llena de cobres y níqueles de ese país.
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Recién en 1965 adquirió importancia mi colección de monedas, que se había enriquecido por un lote que me regaló Madame Pitot, monedas Potosinas de plata, que después supe que tenían algún valor. En aquel año había comprado mi casa junto con mi señora, y como estaba corto de efectivo se me ocurrió poner a la venta las monedas. Puse un aviso en el diario El Día, y grande fue mi sorpresa al ver la cantidad de personas que vinieron por el aviso, y más aún cuando las ofertas que me hacían eran en dólares.
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Mi suegro, Don Abelardo, me instó a que no las vendiera, que conservara y continuara la colección, que él me prestaba el dinero. Así lo hicimos. El Domingo siguiente fui a la feria de Tristán Narvaja y me compré un viejo cobre uruguayo de 1855.
  
  

Revisión del 10:30 4 ene 2017


Don Juan Mancebo y Doña Nélida Decaux, en el Homenaje a los fundadores del Centro Cultural Democrático de Punta del Este.


El matrimonio Juan Mancebo y Nélida Decaux constituyó una familia tradicional de Punta del Este, con importante gravitación en la sociedad de la época. Tuvieron cinco hijos: primero una niña, que falleció a poco de nacer, luego vino Hilda (Charito), Milton (Bebe), Hugo y Martha, la más pequeña.


Hugo Mancebo, nuestro interlocutor y amigo, se proyectó como figura relevante a nivel nacional, al convertirse en el investigador numismático más reconocido del país. A continuación compartimos algunos de sus recuerdos: "...nuestra querida playa Mansa, nuestra cancha de football, el tanque de agua, La Cigale, La Fourmie y cuántas cosas más que identificaban al pueblo. Teníamos Club Social, con su cancha de bochas, Club Ciclista con su Restaurante, los cines Ocean, España y posteriormente La Fragata, que reunían los Domingos a toda la muchachada."


Vista aérea de la Plaza Artigas, con el tanque de agua, y detrás la casa de los Mancebos, en la esquina de las calles 23 y 24


Don Juan Mancebo y Doña Nélida Decaux

Mi padre era español y vino a Punta del Este por 1923, como electricista, oficio que había desempeñado en el Teatro Solis y en el Teatro Artigas. También había trabajado en el Taller de Valente en la calle Colonia, en Montevideo, junto a su hermano Eliseo.


Los baños de ácidos con que se cromaban o doraban los objetos le afectaron los pulmones y por consejo médico, se fue a San Carlos buscando el cambio de aire. Allí en esa ciudad le aconsejaron que fuera a Punta del Este, que el aire era muy recomendado para su mal y también que abundaba el trabajo, por ser una zona de auge turístico.


En una cachila de alquiler allá fue. Tuvo suerte, y encontró trabajo y casa donde vivir.


Se enamoró de mi madre, Nélida Decaux, (Nina), hija de Julio Decaux, y sobrina de Pedro Decaux, el carpintero. Su apellido lo heredó de su abuelo que era francés.


En 1928 de casaron y pasaron a vivir cerca del faro, centro en ese entonces de Punta del Este. Nos contaba mi madre, que mi padre empezó a construir la casa en la calle 24 y 23, frente a la plaza de deportes, posteriormente, plaza del tanque, hoy plaza Artigas o Plaza Artesanal. Cuando se enteró dónde estaba construyendo la vivienda, pegó el grito, porque para ellos - en aquella época - ese lugar estaba en las afuera de Punta del Este. En cambio yo creo que mi padre pensó que la mejor ubicación que podría tener era frente a la plaza principal, tal como pasaba en la mayoría de los pueblos del Interior.


1940, Playa Mansa, debajo de La Fourmie.


Hugo Mancebo, Numismático

"Yo nací un Jueves, el 15 de Junio de 1933, siendo mis padrinos Don Manuel Murissich y su Señora.


Fui a la Escuela Nº 5 de 2º grado, que funcionaba en la calle de las palmeras, al costado de la comisaría, donde después se instalaría el Centro Cultural Democrático, siendo una de los fundadores mi padre Juan Mancebo.


En 1942 se inauguró el edificio donde está la actual escuela, calle 23 y Gorlero, donde cursé de 3º a 6º año, siendo Director el Maestro Gutiérrez.


Foto de la inauguración del edificio de la Escuela Nº 5 de 2º grado.

En la foto se encuentran: Emilio Sader y Milton Mancebo (mi hermano) arriba de todo a la derecha. Al centro, muy engominado, yo, a mi derecha Nelson Martínez, a mi izquierda el Rubio Sader, a su lado Pocho Bellini. Delante mío, el flaco De León, y a la izquierda, casi separado el grupo, Núñez, el caramelero del cine Ocean. Al momento no identifico a los demás alumnos.


Cursé los 4 años de liceo en Maldonado, después me recibí de Experto Agrario en San Ramón.


Me inicié como juntador de monedas a los 10 años, principalmente solicitándoselas a los turistas, por lo que abundaban en mi colección las monedas argentinas.


En 1955 emigré a Montevideo, por la falta de trabajo en Punta del Este, castigado por la decisión de Juan Domingo Perón de no permitir la llegada de argentinos al Uruguay.


Trabajé en Domingo Basso S.A. como vendedor. En 1958 me casé con Juanita Vesperoni, con la cual tuvimos tres hijas: Adriana, Mónica y Yanina. En aquel me fui a trabajar en el Banco Rural, hasta su intervención en 1965. Por sorteo pasé a trabajar en el Banco Comercial, hasta que me jubilé en 1995.


Iniciación a la Numismática


Me tenía mucha simpatía el Gerente del Banco República de Punta del Este, Don Raúl Acosta, y en una excursión que hizo a Rocha me llevó para que conociera la Coronilla y el Chuy. En este lugar había un comerciante del lado brasilero muy carismático, llamado Samuel, que invitaba a los clientes con una copa de caña brasilera (copa que siempre era la misma, enjuagada en una palangana con agua).


Le pregunté por monedas viejas brasileras y me regaló una lata llena de cobres y níqueles de ese país.


Recién en 1965 adquirió importancia mi colección de monedas, que se había enriquecido por un lote que me regaló Madame Pitot, monedas Potosinas de plata, que después supe que tenían algún valor. En aquel año había comprado mi casa junto con mi señora, y como estaba corto de efectivo se me ocurrió poner a la venta las monedas. Puse un aviso en el diario El Día, y grande fue mi sorpresa al ver la cantidad de personas que vinieron por el aviso, y más aún cuando las ofertas que me hacían eran en dólares.


Mi suegro, Don Abelardo, me instó a que no las vendiera, que conservara y continuara la colección, que él me prestaba el dinero. Así lo hicimos. El Domingo siguiente fui a la feria de Tristán Narvaja y me compré un viejo cobre uruguayo de 1855.









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