Carta de su padre
TRANSCRIPCIÓN:
Mi querido hijo Manolo:
Eres muy joven para contraer un compromiso serio como corresponde, pero nadie manda al corazón. Tienes suficiente criterio para apreciar los hechos dentro de la esfera de lo racional y lógico, y es por ello que nada te decimos, pues aprobamos lo que tú hagas, con tu reposado criterio.
Debes sí tener muy presente:
Que tus procederes con la familia y con la niña a quien distingues, deben ser muy correctos.
Que es necesario evitar que tus relaciones interrumpan tus estudios, pues tú te debes a la carrera y antes de ese compromiso tienes, con tus padres, otro, o sea: el “serio compromiso” de continuar la ruta que siempre has seguido con tu contracción al estudio, y tu empeño de llegar a ser por todos conceptos, un hombre digno de nuestro cariño.
Creo que esa niña es muy digna de vos, que tantísimo vales (franqueza y flaqueza propias de un padre), pero es tu deber hacerle saber más adelante a la familia por intermedio de ella, que si acaricias tus sueños dorados (como se dice a tu edad), no los podrás ver realizados mientras no termines tu carrera y puedas crearte una posición digna de poderle ofrecer a ella.
Yo desde aquí hijo mío, solo podré decirte si llega ese caso: Dios te ilumine en el camino de la existencia y te dé una compañera como tú mereces.
Si es tan buena, virtuosa y santa como lo es tu madre y como lo fue la mía, que tanto quería y lloro, no es posible dudar de que serás muy feliz.
Te abraza tu padre que mucho te quiere.
Manuel
Maldonado, Agosto 6 de 1917